La Paz. El gobierno de Bolivia interpretó como una amenaza a la “continuidad del orden democrático” el ultimátum que lanzó el lunes el exmandatario Evo Morales al presidente Luis Arce, exigiendo que cambie su gabinete en 24 horas “si quiere seguir gobernando”.
Morales encabezó una marcha de siete días que culminó la víspera en La Paz, donde pronunció un encendido discurso contra el gobierno que apoyó en el pasado.
En el recorrido de 190 kilómetros desde Caracollo se registraron varios enfrentamientos violentos entre manifestantes armados con palos, piedras y explosivos. Algunos apoyaban a Morales, mientras que otros respaldaban a Arce.
“Si Lucho quiere seguir gobernando, primero, que cambie en 24 horas a los ministros narcos, corruptos, drogadictos y racistas”, advirtió el líder indígena ante miles de seguidores, sin mencionar a ningún funcionario en particular.
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El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado dirigido a la comunidad internacional, alertando que Morales, con su ultimátum, amenazó con “interrumpir la continuidad del orden democrático”. También rechazó “cualquier tipo de extorsión o condicionamiento en contra de la voluntad del pueblo expresada en las urnas”.
Al concluir la protesta, Morales regresó a la región cocalera del Chapare, su bastión político, mientras grupos de seguidores convocaron a nuevas marchas en La Paz.
Durante los siete días de movilización se reportaron al menos 36 heridos entre manifestantes de ambos bandos.
Morales y Arce están enfrascados en una disputa por el liderazgo del oficialismo y la nominación presidencial para las elecciones de 2025. Morales, inhabilitado judicialmente para ser candidato, acusa a Arce de aliarse con jueces y autoridades electorales para evitar su participación en los comicios presidenciales.