
Washington. La administración del presidente Donald Trump comenzó este domingo los despidos masivos en la Voz de América (VOA, por sus siglas en inglés) y en otros medios financiados por el gobierno, dejando clara su intención de destripar las cabeceras consideradas por largo tiempo como críticas para la influencia estadounidense.
El día después de que todos los empleados fueran puestos en licencia, el personal contratista recibió un correo electrónico que les notificaba que quedaban despedidos a finales de marzo.
El correo, que varios empleados confirmaron a la AFP, decía: “Usted debe cesar cualquier trabajo de inmediato y no le está permitido acceder a los edificios de la agencia o a sus sistemas”.
Los contratistas constituyen gran parte de la plantilla de VOA y son la mayor proporción de personal en los servicios de lengua no inglesa.
Muchos de ellos no son ciudadanos estadounidenses, lo que significa que posiblemente dependen de sus trabajos para mantener sus visas de permanencia en Estados Unidos.
La mayoría del personal a tiempo completo de VOA, con más protecciones legales, no fueron despedidos de inmediato, pero siguen en suspensión administrativa y les pidieron no presentarse a sus puestos de trabajo.
La Voz de América en el limbo
Creada durante la Segunda Guerra Mundial, VOA transmite en 49 idiomas en todo el mundo con la misión de llegar a países sin libertad de prensa.
Con VOA en el limbo, algunos de sus servicios han empezado a poner música por la falta de nuevos programas.
La agencia contaba con 3.384 empleados en el año fiscal 2023 y para sus operaciones para el año fiscal vigente había solicitado $950 millones.