Ciudad de Guatemala. (AFP). Cientos de personas visitaron este viernes la catedral metropolitana de Ciudad de Guatemala para recordar al obispo Juan Gerardi, asesinado hace 15 años tras denunciar las atrocidades cometidas durante la guerra civil, un crimen por el que fueron condenados en 2001 dos militares y un sacerdote.
Estudiantes, monjas, diplomáticos y feligreses católicos participaron en una eucaristía en memoria del religioso, asesinado a golpes el 26 de abril de 1998 en la cochera de la casa parroquial de la iglesia San Sebastián, situada a unos 200 metros de la sede de la Presidencia en el centro de la ciudad.
Los restos de Gerardi, fundador de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG), fueron trasladados de las criptas de la catedral hasta la iglesia y, al finalizar los oficios, el féretro fue llevado sobre alfombras de aserrín, en procesión hacia un nuevo recinto dentro del templo.
Junto a Gerardi también fueron velados los restos del arzobispo Próspero Penados, fallecido por causas naturales el 13 de mayo de 2005.
“La celebración de este aniversario nos invita a reflexionar sobre el profundo significado de su ejemplo de pastor bueno, entregado al servicio de los pobres, testigo de la verdad y defensor de la dignificación de las víctimas de la guerra”, dijeron los obispos de Guatemala en comunicado leído durante la eucaristía.
El arzobispo metropolitano, Óscar Vian, dijo que Gerardi "luchó por construir una sociedad más justa y digna y (...) buscó la paz a través de la verdad y la justicia".
El crimen de Gerardi se produjo dos días después de que se hizo público el informe “Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi), Guatemala Nunca Más”, una investigación dirigida por el obispo en la cual se documentó más de 50.000 violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado (1960-1996), la mayoría atribuidas al ejército.
Por este crimen fueron condenados a 20 años de prisión en 2001 el coronel retirado Byron Disrael Lima Estrada, su hijo el capitán Byron Lima Oliva y el sacerdote Mario Orantes.
Lima Estrada obtuvo en julio del 2012 la redención de la pena por padecimientos médicos, mientras que el sacerdote Orantes fue beneficiado con la misma figura legal en enero pasado por buena conducta y ahora enfrenta un juicio eclesiástico.
Guatemala vivió una guerra interna que duró 36 años y dejó un saldo de 200.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.