Etiopía enfrenta la peor sequía de los últimos 10 años y corre el riesgo de sufrir una hambruna aún más devastadora que la de 1984, en la que murieron un millón de personas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja calcula que 14 millones de etíopes –de un total de 65 millones de habitantes– necesitarán ayuda alimentaria el año que viene como consecuencia de las malas cosechas.
“Es como revivir una pesadilla”, declaró el primer ministro etíope, Meles Zenawi, a la radiotelevisión británica BBC.
Meles informó de que seis millones de etíopes corren desde ya el riesgo de morir de hambre y que hasta 15 millones estarán en peligro si no llega la ayuda de los donantes internacionales.
LLamado de auxilio
La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja hizo un llamado para hacer frente a la crisis y solicitó 11 millones de euros (igual en dólares) para ayudar a 120.000 habitantes de zonas rurales situadas al este de la capital etíope, Adis Abeba.
Según la Cruz Roja, las causas inmediatas de la crisis son la escasez de lluvias en la temporada húmeda de finales de primavera y el retraso y caída irregular de las lluvias en la temporada de finales de verano.
“En muchos lugares del país la gente depende por entero de esas lluvias. Etiopía ha sufrido varios años consecutivos de sequía y la gente tiene muy poco en qué apoyarse”, explicó Cecilia Brunnström, delegada de la Cruz Roja-Media Luna Roja en ese país.
África sufre actualmente dos crisis alimentarias de extrema gravedad, una en Etiopía y otra en el sur del continente.
En los últimos años, los países occidentales han destinado más recursos a paliar las necesidades de la población de Zimbabue, Zambia y Lesotho, en el sur del continente, que en principio parecían más urgentes. De ahí que el Primer Ministro etíope haya hecho, el 10 de este mes, un llamado desesperado a la comunidad internacional para que no se olvide de su país, al que en Occidente se identifica con las dramáticas imágenes de la hambruna de 1984.
Asistencia insostenible
La visión de niños y ancianos esqueléticos muertos de hambre, durante la hambruna de 1984, generó campañas de solidaridad, como Life Aid, impulsada por el cantante irlandés Bob Geldof, en la que participaron músicos de todo el mundo.
Geldof afirmó que la nueva crisis demuestra que los programas de asistencia puestos en marcha desde entonces han sido insostenibles y criticó a la Unión Europea por conceder enormes subsidios agrícolas en lugar de apoyar a los países en desarrollo.
Las crisis alimentarias son cíclicas en Etiopía. Pero además de la escasez de lluvias a ellas contribuyen de manera decisiva factores políticos, como la corrupción y el desvío de recursos públicos hacia objetivos no productivos.
Ejemplo de esto fue la guerra que libraron Etiopía y Eritrea entre 1998 y el 2000, que causó la muerte de decenas de miles de personas, dañó la infraestructura de ambos países y obligó a interrumpir la distribución de ayuda extranjera.