Dublín. AP y AFP. Monjas y sacerdotes católicos irlandeses abusaron de miles de niños en sus escuelas durante 60 años y el gobierno hizo poco por detener las golpizas y violaciones, según una controvertida investigación oficial de nueve años, cuyas conclusiones se conocieron ayer.
Los abusos sexuales en esas instituciones infantiles fueron “endémicos” entre 1930 y 1990, sentenció el informe elaborado por una comisión independiente.
“Las autoridades religiosas sabían que los abusos sexuales eran un problema persistente en organizaciones religiosas masculinas”, subraya el documento.
Las niñas supervisadas por órdenes de monjas, principalmente las Hermanas de la Misericordia, padecían menos abusos sexuales, pero sí golpes y humillaciones con el objeto de hacerlas sentir despreciables.
“En algunas escuelas se aplicaban rutinariamente golpizas rituales... Se golpeaba a las niñas en todas partes del cuerpo con artefactos diseñados para provocar el máximo dolor”, dice el informe. “Se las denigraba personalmente y a sus familias”.
La Iglesia católica intentó repetidamente impedir la publicación de las conclusiones de la comisión, que entrevistó a más de 2.000 personas que contaron que sufrieron golpizas, intimidaciones y abusos sexuales por parte de sacerdotes y monjas.
El documento, de más de 2.500 páginas, constituye un dramático retrato de los daños emocionales, sexuales, físicos y mentales sufridos por los niños y confirma las acusaciones de miles de víctimas, cuyas denuncias les valieron ser tratados de “mentirosos” por la sociedad católica irlandesa.
“Lamento hondamente y estoy profundamente avergonzado de que niños sufrieron de esa manera tan terrible en esas instituciones”, declaró el más alto responsable de la Iglesia católica de Irlanda, el cardenal Sean Brady.
Más de un centenar de instituciones dirigidas por órdenes católicas, principalmente las Hermanas de la Caridad y los Hermanos Cristianos, fueron investigadas por la comisión, compuesta por decenas de expertos.
Entre 30.000 y 40.000 niños pasaron por esos establecimientos. La mayoría de ellos fueron internados porque habían sido abandonados, eran hijos de madres solteras, o habían cometido pequeños robos.
En algunos casos los niños ingresaban cuando tenían apenas dos años.
Las conclusiones de la investigación constituyen otro golpe para la credibilidad de la Iglesia católica irlandesa, ya salpicada por escándalos sexuales en varias de sus parroquias.
La Asociación de sobrevivientes irlandeses de abusos a niños (SOCA), que fue creada para ayudar a las víctimas, llamó al papa Benedicto XVI a investigar las actividades de las órdenes católicas en Irlanda.
“Ahora que la comisión ha terminado su trabajo, llamamos al papa Benedicto XVI a convocar un tribunal especial para investigar exhaustivamente a las órdenes religiosas católicas en Irlanda”, afirmó John Kelly, el coordinador de SOCA en Dublín.