PARIS (AFP) La impugnada elección de Martine Aubry como secretaria del Partido Socialista francés con 42 votos de ventaja sobre Segolene Royal sumió el sábado al segundo partido de Francia en plena crisis, algo que causa satisfacción a la derecha con vistas a las elecciones de 2012.
El campo de Martina Aubry, de 58 años, alcaldesa de Lille (norte) y ex ministra de Trabajo, afirmó, tras una noche de suspenso y de confusión, que había sido elegida secretaria del partido.
La dirección del PS indicó que Martine Aubry tenía 42 votos de ventaja en los 137.000 votos emitidos (50,02% contra 49,98%).
Pero esta victoria por tan escaso margen ha sido impugnada por el campo adverso de la ex candidata presidencial Segolene Royal, de 55 años, que aspiraba a ser la nueva líder del PS, y quien preconiza "una renovación" sin descartar una alianza con el centro.
Los militantes pro-Royal han denunciado "trampas", llamando a "la rebelión de los militantes" y pidieron una nueva votación.
En un intento por calmar los ánimos, François Hollande, primer secretario saliente, ex pareja de Ségolène Royal, con la que tiene cuatro hijos, anunció que el consejo nacional del PS "se reunirá el martes por la noche" para "pronunciarse sobre el resultado y designar a la próxima primera secretaria".
De nada valió su intervención. Las acusaciones y anatemas han volado entre los dos bandos, dando el espectáculo de un partido profundamente dividido, tras meses de luchas de influencias que se saldaron con el fracaso del PS en aprobar un proyecto común durante el congreso nacional de Reims (este) la semana pasada.
"Hay un clima de crisis que no hay que negar, en consecuencia hay que encontrar las soluciones para resolver esta crisis", declaró el diputado François Lamy, allegado a Martine Aubry.
La alcadesa de Lille lanzó un llamamiento a la "responsabilidad", descartando una nueva votación.
"Apelo de nuevo a la responsabilidad de cada uno, como ya hice la noche pasada al llamar a Segolene Royal nada más conocer los resultados. Nuestro partido no pertenece a nadie, nos pertenece a todos", dijo.
"La cuestión no es ya saber quién ha perdido o quién ha ganado, todos perderemos si no somos capaces de unirnos", añadió la ex ministra de Trabajo.
"No voy a dejar que me hagan ésto", reaccionó Segolene Royal, quien pidió una votación que no se pueda impugnar.
"Es algo muy extraño ver a una candidata a una elección autoproclamarse elegida cuando se examinan actualmente los recuentos de votos", dijo Royal.
"Martine Aubry se ha precipitado porque sabe precisamente que los resultados están cambiando (...) Hay tantas impugnaciones con esta votación que pienso que la responsabilidad que debemos tener ambas es solicitar una votación que sería esta vez muy bien controlada, imposible de impugnar", dijo.
"Se necesita mucha calma y serenidad en espera de que los resultados oficiales sean proclamados", añadió.
Su campo denunció "trampas" durante el recuento de los votos.
"Estamos decididos a no dejarnos robar esta victoria. Utilizaremos todos los medios políticos y judiciales para impugnar esta victoria", afirmó el diputado socialista francés Manuel Valls, uno de sus más cercanos lugartenientes.
"Llamo a una revuelta de los militantes", añadió Valls, para quien "no existe victoria de Martine Aubry".
A la derecha, los portavoces de la UMP, el partido en el poder, ironizaban sobre "el talento autodestructivo del Partido Socialista".
El PS ha sufrido "una implosión", dijo el diputado Frédéric Lefebvre, quien atacó "un partido debilitado y dividido, con dos bandos que no se respetan, peor aún, que se odian".
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