Bogotá. Al menos 15 personas murieron en Colombia en un ajuste de cuentas entre bandas del narco y en el linchamiento de migrantes venezolanos que presuntamente asesinaron a una familia, según autoridades.
Ambas acciones se produjeron en los dos últimos días, al cabo de un fin de semana sangriento que también dejó un líder sindical asesinado por sicarios.
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En Landázuri, un poblado de 9.000 habitantes del departamento de Santander, la comunidad reaccionó airada al asesinato de un docente, su esposa y sus hijos de 20 y 13 años en la madrugada del domingo. Los pobladores acusaron del múltiple crimen a cinco venezolanos y los lincharon.
“Lamentamos que estas personas hubieran acabado con la vida del profesor Álvaro Díaz, su esposa y sus dos hijos (...) fue un hecho de barbarie, sanguinario y con mucha sevicia”, dijo Marlon Ballen, alcalde del municipio, al telenoticiero Caracol.
En las imágenes divulgadas por el medio se ve una parte de la vivienda de la familia incinerada. Ballen identificó a los agresores como “personas de Venezuela” que atacaron a cuchillo al docente y a su familia “por robarle un dinero”.
Una empleada de Díaz sobrevivió al ataque y alertó a los vecinos, quienes se tomaron “la justicia por las manos y acabaron con la vida” de los cinco extranjeros, entre ellos una mujer. Las autoridades aún no encontraron el cuerpo de uno de los atacantes.
Por su parte, Carlos Ordóñez, responsable de derechos humanos de Landázuri, indicó que el municipio tiene un “grave problema de minería ilegal” de carbón, negocio que atrae a migrantes.
Robo de cocaína
El segundo hecho ocurrió en la madrugada del lunes en la ciudad de Barranquilla, la más grande del Caribe colombiano, donde seis personas murieron baleadas mientras estaban en un bar.
La Policía atribuyó el ataque a un ajuste de cuentas del Clan del Golfo contra Los Costeños, dos bandas narco de la región involucradas en una disputa por un cargamento de cocaína. Ambos episodios violentos dejan al menos 15 muertos y cuatro heridos, además de un “intento de asonada” en Landázuri, según los reportes oficiales.
Entre los fallecidos en Barranquilla “hay tres que tienen (...) tatuajes alusivos a Los Costeños”, una organización que habría hurtado un cargamento de cocaína al Clan del capo Otoniel, extraditado a Estados Unidos, dijo a medios el coronel Oscar Daza, comandante encargado de la policía del puerto. “Por recuperar la cocaína se presenta esta situación”, agregó el oficial
Tres personas más fueron heridas en el tiroteo, dos de ellas tienen antecedentes por “homicidios y extorsión”. “Son todos integrantes al parecer de Los Costeños”, enfatizó el coronel.
Tanto el Clan del Golfo como Los Costeños manifestaron su intención de acogerse a los planes del presidente Gustavo Petro para el desmantelamiento pacífico del narcotráfico en el país que más cocaína produce en el mundo.
Petro, quien asumió la presidencia en agosto, plantea suspender las extradiciones a Estados Unidos de los traficantes que abandonen su actividad, entre otros beneficios jurídicos.
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También propone negociar con las guerrillas de izquierda que sobrevivieron al acuerdo de paz del 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como parte de una política de “paz total” para desactivar por completo el conflicto de casi seis décadas.
A pesar de estos anuncios, Colombia sigue envuelta en una escalada violenta con grupos armados que se disputan a sangre y fuego las rentas del narcotráfico y la minería ilegal en varias zonas del país.