Berlín. Alemania decidió este jueves endurecer las restricciones contra las personas no vacunadas contra el covid-19, para intentar contener una virulenta cuarta ola de contagios, a medida que crece el consenso sobre la vacunación obligatoria.
“La situación es muy, pero muy complicada”, afirmó el futuro canciller Olaf Scholz, tras una reunión con la líder del gobierno saliente, Angela Merkel, y los dirigentes de las 16 regiones del país. Si bien las cifras se han estabilizado en los últimos días, siguen siendo alarmantes, con decenas de miles de nuevos casos cada día y muchos hospitales al borde de la saturación.
Para hacer frente a los contagios, las autoridades decidieron aplicar restricciones a las personas no vacunadas, que representan cerca de un tercio de la población.
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Sin fuegos artificiales
“Vamos a organizar actividades culturales y de ocio en toda Alemania, pero solamente para las personas vacunadas o recuperadas” del Covid-19, indicó Merkel, que deja el poder el 8 de diciembre después de 16 años al mando del país.
Esta regla denominada “2G”, en referencia a personas vacunadas o recuperadas, “también será extendida al comercio minorista, a excepción de las tiendas de productos básicos”, informó la canciller. Estas drásticas restricciones al acceso a la vida social para los no vacunados ha sido calificada por varios responsables políticos como un “confinamiento” para quienes no han sido inoculados contra la covid-19.
Las personas no vacunadas ya están sometidas desde hace varias semanas a restricciones en su acceso a la vía pública, aunque las reglas varían y no abarcan al conjunto de las regiones que componen el país. Para evitar las aglomeraciones durante las fiestas de final de año, el gobierno y las regiones también prohibieron los petardos y los fuegos artificiales, muy populares entre los alemanes.
Los clubes y las discotecas deberán cerrar si se rompe la barrera de 350 casos, un nivel que ya ha sido superado en la mayoría de las regiones. Ahora, el uso de mascarillas volverá a ser obligatorio en las escuelas del país. Estas medidas buscan una mejora de la situación en las próximas semanas, antes de una votación sobre la obligatoriedad de las vacunas.
Esta medida ya ha sido adoptada por el país vecino Austria, donde podría entrar en vigor en febrero, después de que se pronuncie el Consejo de Ética, y de que vote el Parlamento. La opinión pública evolucionó significativamente sobre esta cuestión.
En verano pasado, dos tercios de los alemanes eran contrarios a las vacunas obligatorias, ahora un 64% es favorable, según un sondeo de RTL y ntv. En las calles de Berlín, la obligatoriedad de la vacuna tiene una recepción más bien favorable.
“En principio, siempre creo que obligar es delicado. Pero pienso que estamos ya tan hundidos en la pandemia que no hay otro medio” de hacerlo, explicó Clara. “Desde el principio habría sido una buena idea”, coincidió Alicia Münch.
‘Amenazante y grave’
La medida convence a los dos socios de coalición de los socialdemócratas (los Verdes y los Liberales habitualmente contrarios al recorte de libertades), aunque también a los conservadores de Angela Merkel, actualmente en la oposición.
Solo el partido de extrema derecha AfD se opone y ha lanzado una campaña con el eslogan “¿Vacuna obligatoria? ¡No, gracias!”.
El contexto es complicado por el actual periodo de transición en Alemania, entre la salida de Angela Merkel que dará el jueves un discurso de despedida y la entrada de Scholz, cuya elección parlamentaria no se dará hasta la próxima semana. Las restricciones impulsadas por la nueva coalición deben mostrar, según el futuro canciller, que “no hay un vacío de poder, como algunos creen en este momento”.
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En tanto, la Bundesliga deberá imponer un límite al número de espectadores en los estadios, evitando de esta forma volver a los partidos disputados con los recintos cerrados. “Desde el punto de vista de la medicina intensiva y de urgencia, la situación de la pandemia nunca fue tan amenazante y grave como ahora”, se alarmó la Asociación Alemana de Medicina Intensiva, que reclama un confinamiento parcial de la población.
Las autoridades alemanas también son criticadas por los atascos en el acceso a la vacunación y los problemas para obtener citas médicas. Las farmacias serán movilizadas para poder expandir la distribución.