Manaos, Brasil. Pacientes con coronavirus empezaron a ser trasladados el viernes desde el estado de Amazonas (norte) a otros ocho de Brasil ante el colapso del sistema de salud por el explosivo aumento de los contagios, que ha dejado sin oxígeno a los hospitales.
Los primeros nueve pacientes, de los 235 previstos, salieron a primera hora de Manaos, la capital amazónica, hacia el estado de Piauí (noreste) en un vuelo de las Fuerzas Armadas, informaron las autoridades locales. Otros viajes estaban previstos durante la jornada, precisó el Ministerio de Defensa.
el director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, manifestó que la situación en la Amazonía es peor que la que sufrió la región entre abril y mayo, y el sistema sanitario corre el riesgo de “implosionar”.
El estado de Amazonas fue uno de las más afectados en la primera ola de la pandemia, con camiones frigoríficos habilitados para conservar los cuerpos en espera de inhumación y la situación volvió a empeorar dramáticamente en las últimas semanas.
Los temores se acrecentaron con la identificación de la región como origen de una variante brasileña del virus, que según los científicos puede ser más contagiosa.
El gobierno atribuye a esa variante el fuerte repunte de la pandemia en Amazonas, cuya tasa de fallecimientos, de 143 por 100.000 habitantes, es una de las tres más elevadas entre los 27 estados de Brasil.
“La situación en Amazonas, y particularmente en Manaos, se ha deteriorado significativamente en las últimas dos semanas”, indicó Ryan en una teleconferencia de prensa.
‘Una tragedia’
“De continuar así las cosas, claramente vamos a ver una ola que será peor que la ola catastrófica en abril y mayo”, añadió.
“Sería en sí mismo una tragedia”, explicó Ryan.
“Falta suministro de oxígeno, de guantes” describió el funcionario de la OMS. “Y otro problema: los trabajadores sanitarios se infectan” como sucedió en el pasado.
El jueves, imágenes de personas llevando tanques de oxígeno a los hospitales y de pacientes reclamando por falta de asistencia médica indignaron a los brasileños y multiplicaron las críticas hacia el presidente Jair Bolsonaro y su gestión de la pandemia, que ya ha dejado más de 207.000 muertos en Brasil, un balance superado solo por Estados Unidos.
El mandatario, un escéptico del virus que se enfrentó a los gobernadores por las medidas de cuarentena, eludió el viernes cualquier responsabilidad. “Terrible el problema ahí (Amazonas); ahora bien, nosotros hicimos nuestra parte, con recursos, medios”, declaró.
Este viernes entró en vigor el toque de queda nocturno de diez días impuesto por las autoridades del estado para tratar de doblegar la curva de muertos y contagios.
De madrugada, llegó el último de los aviones de las Fuerzas Armadas cargados con nueve cilindros de oxígeno para la red pública de hospitales y que se suman a los más de 400 despachados en los últimos cinco días.
El país prepara el inicio de su campaña de vacunación contra la covid-19 para este mes, pero el gobierno no ha definido aún una fecha precisa porque está esperando que el regulador sanitario autorice primero el uso de los inmunizantes.
Este viernes por la noche estaba prevista la partida hacia India, con un día de retraso, de un avión comercial para recoger dos millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca/Oxford, una de las dos que pidieron autorización para uso de emergencia en Brasil. La otra es la vacuna china CoronaVac.