EscucharOvidio Guzmán López fue un líder del narco que vivió con tranquilidad durante tres años en Culiacán, Sinaloa, desde donde dirigía una de las mayores agrupaciones del narcotráfico mexicano que distribuye grandes cantidades de droga a los Estados Unidos.
Guzmán, hijo de Griselda López Pérez y del conocido Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, movía fentanilo, heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana al país norteamericano y domina además, los corredores de Arizona y California.
“La mayor amenaza del fentanilo para Estados Unidos es el Cartel de Sinaloa dada su habilidad para tener laboratorios clandestinos en áreas de México”, señaló la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) en su más reciente informe anual.
De acuerdo con Insight Crime, la banda narco opera en 17 de los 32 estados de México. La misma organización señala que el cartel tiene conexiones al más alto nivel en las policías estatales y el ejército, lo que le permite mantener ventaja sobre sus rivales.
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Junto a sus hermanos, Iván Archivaldo, José Alfredo y Joaquín, conforman el Cartel de Sinaloa, al mismo tiempo, que disputan el control del grupo criminal a Ismael El Mayo Zambada, quien junto con El Chapo lideró esa misma agrupación.
El Chapo y Griselda, buscada por Estados Unidos por tráfico de drogas, procrearon a Ovidio, Griselda, Joaquín y Édgar; este último murió en 2012 por disparo de arma de fuego. Con su muerte, Ovidio y Joaquín heredaron sus negocios y comenzaron a comprar marihuana en México y cocaína en Colombia.
También adquirieron efedrina en Argentina para introducirla a México y producir metanfetamina. Autoridades estadounidenses indican que Ovidio es responsable de laboratorios que producen mensualmente entre 1.360 y 2.200 kilogramos de metanfetaminas.
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El poder y control que tienen los llamados ‘Menores’ en la ciudad lo demostraron en febrero de 2020 con la boda de Alejandrina Gisselle Guzmán, hermana de Los Chapitos, en la Catedral de Culiacán. La ceremonia se efectuó bajo resguardo de integrantes de la organización criminal, quienes cerraron las puertas del templo y establecieron una fuerte vigilancia en los alrededores, sin que fueran molestados por autoridades estatales o federales.
Mientras Ovidio e Iván Archivaldo continuaban sus operaciones de tráfico de drogas sintéticas desde Culiacán a Estados Unidos, el Departamento de Justicia de esa nación, a través de la DEA, ofrecían en diciembre de 2021 una recompensa de $5 millones por información que llevara a la captura de los cuatro hijos de Guzmán Loera, quien purga cadena perpetua en el país americano.
Delgado y de cejas pobladas, Ovidio conocido como “El Ratón”, se movía libremente en Culiacán Sinaloa, donde tenía al menos tres domicilios en el Desarrollo Urbano Tres Ríos y en la sindicatura Jesús María. Su apodo se lo habría puesto su padre de acuerdo con un corrido que le dedicó la banda musical Código FN y que hace un perfil del heredero.
Guzmán se dio a conocer en todo México el 17 de octubre de 2019, cuando las autoridades mexicanas lo detuvieron para liberarlo posteriormente por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, en medio de una asonada criminal conocida como el “Culiacanazo”.
El mandatario izquierdista defendió esa decisión -duramente criticada- con el argumento de que se evitó un baño de sangre, cuando contingentes militares quedaron prácticamente cercados por sicarios dotados de armas largas.
El fentanilo -un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína- es responsable de numerosas sobredosis en ese país. Solo en 2022 las fuerzas del orden de Estados Unidos incautaron más fentanilo del que se necesitaría para matar a toda la población de Estados Unidos, reveló la DEA.
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