El crowdfunding es cada vez más utilizado por los arquitectos y diseñadores con el fin de captar fondos para el desarrollo de proyectos, especialmente aquellos que tienen una finalidad pública o un carácter social.
Precisamente, esta es una de las tantas tendencias actuales en el mundo de la arquitectura.
¿En qué consiste?
Es un mecanismo que recurre a plataformas tecnológicas (como Kickstarter, Indiegogo o GoFundMe) para solicitar aportes económicos al público con el objetivo de poner en marcha o concluir una iniciativa que no cuenta con suficiente capital. A cambio, normalmente se ofrecen incentivos y recompensas a aquellos que apoyen.
De acuerdo con el documento Crowdfunding Architecture, publicado en 2013 por el Instituto Americano de Arquitectos, el crowdfunding les permite a estos profesionales trabajar con las comunidades locales para discutir, desarrollar y poner en práctica ideas de diseño que beneficiarán a los mismos pobladores.
Además, se puede alcanzar respaldo económico para proyectos que nacen de la "pasión" de su creador y que no obtendrían recursos por las vías tradicionales. Esto permite generar oportunidades para una más amplia selección de conceptos de diseño, indica el texto.
Un puente construido por todos
Un puente peatonal de 390 metros en Rotterdam (Holanda) fue financiado con el aporte de la ciudadanía a través de la iniciativa “I Make Rotterdam” ("Yo construyo Rotterdam").
La primera etapa de construcción inició en 2012 y ya se encuentra terminado.
El puente se denomina Luchtsingel y conecta el centro y el norte de la ciudad. Gracias a este, ha habido una reactivación económica en la zona.
Es de color amarillo, de madera y en él están plasmados los nombres de las personas que aportaron dinero a la causa, que se estima fueron más de 10.000.
Piscinas en ríos
Otro proyecto de diseño que empleó este método –en junio de 2011– fue +Pool (Plus Pool) en Nueva York.
La iniciativa busca construir piscinas flotantes en los ríos de la ciudad, con todo un sistema de filtración para limpiar el agua. Así, los neoyorquinos podrían nadar en agua de río pura, actividad que no pueden realizar hoy en día debido al estado de contaminación de las fuentes acuíferas.
El proyecto se lanzó en Kickstarter y fue un éxito: en su primera campaña, de 2011, recaudó $41.673 y en la segunda, emitida en 2013, se alcanzaron $273.114.
En el sitio web que promueve este plan se puede comprar “un azulejo” para construir la piscina y, a cambio, a la persona se le reserva un espacio cuando se inaugure.
La piscina estaría dividida en cuatro y tiene forma de cruz: un área para niños, una para deportes, una zona de entrenamiento y otra para relajación.
Un proyecto similar se está desarrollando en Londres, el cual pretende que sus habitantes puedan nadar en una piscina en el río Támesis. En Kickstarter obtuvo 142.726 libras esterlinas (aproximadamente $201.129) para iniciar con la etapa de planeación.
Otras iniciativas
La firma BIG, del reconocido arquitecto danés Bjarke Ingels, también buscó dinero por medio de Kickstarter con el fin de diseñar un prototipo de "generador de anillos de vapor" para su planta de tratamiento de residuos en Copenhague (Dinamarca), que promete ser la más limpia del mundo.
Los anillos aparecerían cada vez que la planta emita una tonelada de dióxido de carbono, de manera que los ciudadanos puedan darse cuenta de ello.
Aunque la propuesta no tenga un gran sentido práctico, sino un carácter simbólico, logró recaudar $29.520 (la meta inicial eran $15.000, que fueron alcanzados en menos de una semana).
Latinoamérica no escapa al uso del crowdfunding.
El proyecto inmobiliario BD Bacatá, en Bogotá (Colombia), también recurrió al financiamiento colectivo. Cada inversionista –no necesariamente personas adineradas– será dueño de un porcentaje de las utilidades.
Se trata de un rascacielos compuesto por dos torres, una de ellas con 66 pisos, lo que la convierte en el edificio más alto de esta nación.
Es un desarrollo mixto, con apartamentos, locales comerciales y un hotel.
Según el diario El Espectador, de Colombia, será el segundo edificio más alto de Suramérica, luego de la Gran Torre Santiago, en Chile. La construcción concluyó a finales de febrero de este año, publicó el periódico.