Nueva York. El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing, inmerso en una crisis debido a múltiples problemas de seguridad en sus aviones, anunció este lunes la salida de su director general, Dave Calhoun, así como de otros ejecutivos para finales de este año.
Además de Calhoun, quien permanecerá en su cargo hasta fines de 2024, Boeing anunció otros dos cambios importantes en la dirección de la empresa.
Stan Deal, quien fue director de la división de aviación comercial de Boeing desde 2019, será sustituido de manera inmediata, mientras que Larry Kellner, presidente de la junta, dejará su cargo después de la reunión anual de la compañía esta primavera boreal.
Stephanie Pope, ejecutiva con una larga trayectoria en Boeing, reemplazará a Deal, mientras que Steve Mollenkopf, exdirector ejecutivo del fabricante de chips Qualcomm, será el nuevo presidente.
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Estos cambios en la cúpula directiva ocurren tras un accidente a principios de enero en un avión modelo 737 MAX 9 de la aerolínea Alaska Airlines, en el que una puerta de la cabina se desprendió en pleno vuelo.
“El mundo nos observa y estoy seguro de que superaremos este momento para convertirnos en una mejor compañía”, escribió Calhoun en una carta dirigida a los empleados, donde enfatizó que “la seguridad y la calidad son nuestra prioridad”.
El mes pasado, las autoridades estadounidenses dieron a Boeing un plazo de 90 días para presentar un plan sobre control de calidad. La Agencia Federal de Aviación Civil (FAA) indicó que la compañía debe “comprometerse a una mejora auténtica y profunda”.
Clientes preocupados
La empresa también enfrentó fuertes críticas por parte de las aerolíneas, que solicitaron una reunión con la junta directiva de Boeing.
El incidente de Alaska Airlines puso nuevamente a Boeing en una posición delicada, luego de que el 737 MAX estuviera inmovilizado durante 20 meses tras accidentes mortales en 2018 y 2019.
Boeing designó a Calhoun, miembro de la junta directiva desde hace tiempo, como director ejecutivo después de destituir al ex CEO Dennis Muilenburg en diciembre de 2019. Muilenburg había sido objeto de críticas por su manejo de la crisis del MAX después de los accidentes.
Sin embargo, el mandato de Calhoun también enfrentó desafíos, incluyendo los efectos de la suspensión del MAX y la profunda crisis de la industria debido al covid-19, seguidos por un incremento repentino de pedidos de viajes postpandemia, ejerciendo presión sobre la cadena de suministro.
En abril de 2021, Boeing extendió el contrato de Calhoun como director ejecutivo potencialmente hasta 2028, elevando la edad de jubilación de la compañía a 70 años.
En las últimas semanas, la compañía enfrentó interrogantes tras varios episodios potencialmente peligrosos, incluido un incendio en el motor de un Boeing 747 poco después de despegar de Florida (Estados Unidos) en enero.
A principios de este mes, un avión Boeing 777 con destino a Japón tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia poco después de despegar de San Francisco, cuando una rueda se desprendió y cayó en el estacionamiento de un aeropuerto, dañando varios automóviles.
La semana pasada, las autoridades neozelandesas abrieron una investigación después de que un Boeing 787 Dreamliner perdiera altura violentamente en pleno vuelo de Sídney a Auckland, causando heridas a algunos pasajeros.
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Reacción mixta
Los cambios en el liderazgo fueron elogiados por el presidente ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, quien los consideró “muy necesarios”, ya que la aerolínea irlandesa señaló el retraso en las entregas de nuevos aviones como un lastre para sus perspectivas.
Sin embargo, Michel Merluzeau, especialista en aeronáutica de la consultora AIR, expresó sus dudas. En un correo electrónico, opinó que si bien se necesita un “nuevo liderazgo empresarial” en la cima, “la urgencia reside principalmente en la fábrica”.
“Sin mejoras operativas sustanciales y cambios de personal implementados en las fábricas de Boeing, en nuestra opinión, los resultados tangibles seguirán siendo difíciles de alcanzar”, dijo Merluzeau. “Estos problemas trascienden a Dave Calhoun o Stan Deal. Han estado cocinándose en Seattle durante más de cuatro décadas”, agregó.
Además de tener un mejor control de la seguridad y la calidad, Calhoun indicó que el nuevo director general de Boeing necesitará “saber cómo manejar un gran negocio de ciclo largo como el nuestro”, incluyendo la supervisión del próximo avión de la compañía, una inversión de $50.000 millones.
Pope, quien anteriormente dirigía Boeing Global Services, fue ascendida a directora de operaciones en enero y se encargará inmediatamente de los aviones comerciales.
Mollenkopf, licenciado en ingeniería eléctrica y miembro del consejo de Boeing desde 2020, dirigirá el proceso para supervisar al próximo director ejecutivo.
Las acciones de Boeing subieron un 0,9% en las operaciones de media mañana.