Brasilia. Brasil, con un total de 254.220 casos, se convirtió este lunes en el tercer país del mundo con mayor número de diagnósticos del nuevo coronavirus, superando al Reino Unido, que tiene casi 250.000 personas enfermas.
El país más afectado de Latinoamérica por la pandemia registró 13.140 nuevos casos en las últimas 24 horas, según datos oficiales.
Según expertos, el número total de infectados podría ser hasta 15 veces superior, debido a la falta de test.
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En apenas 72 horas, Brasil dejó atrás a Francia, Italia y España, saltando del sexto al tercer lugar de casos de covid-19. Estados Unidos (1,5 millones) y Rusia (290.678) ocupan las primeras posiciones.
En número de muertos, Brasil se mantiene en sexto lugar, con 16.792 fallecidos, 674 más que los registrados hasta el domingo en este país de más de 210 millones de habitantes.
Mientras la pandemia avanza, el ministerio de Salud es tutelado de forma interina por el general Eduardo Pazuello, que sustituyó el viernes al oncólogo Nelson Teich.
Teich dejó el ministerio tras apenas 28 días en el gobierno de Jair Bolsonaro, quien minimiza la covid-19, a la cual calificó de “gripecita”, y defiende el fin de las medidas de cuarentena así como la administración de cloroquina, empleada para combatir el paludismo, en el tratamiento de la enfermedad.
El Ministerio de Salud informó, poco después de perder a su titular, que está culminando nuevas orientaciones para atender a los infectados.
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"El objetivo es iniciar el tratamiento antes de que el cuadro empeore y sea necesario utilizar una unidad de cuidados intensivos", afirma la nota, sin especificar a qué tratamiento se refiere.
El protocolo actual del Ministerio de la Salud orienta el uso de cloroquina solo en casos moderados o graves, a pesar de la falta de evidencia sobre su efectividad y las advertencias de países como Canadá y Estados Unidos sobre sus posibles efectos secundarios graves.
El predecesor de Teich, Luiz Henrique Mandetta, afirmó en una entrevista publicada este lunes por el diario Folha de S.Paulo que a Brasil le esperan aún unas doce semanas “duras” por delante.