Madrid. Casi un millón de habitantes de la región de Madrid deben “quedarse en casa el mayor tiempo posible” a partir de este lunes para frenar la segunda ola de la pandemia, mientras que Estados Unidos se acerca a los 200.000 muertos por coronavirus.
Los habitantes de las zonas de Madrid afectadas -850.000 personas que representan 13% de la población de la región- solo podrán salir de su barrio por razones de primera necesidad, como ir a trabajar, al médico o llevar a los niños al colegio.
En cambio, podrán desplazarse libremente en el interior de su barrio, aunque las autoridades regionales recomiendan "que estén en casa el mayor tiempo posible"
De la misma manera, estará prohibida la entrada en estas zonas, salvo por esas razones de primera necesidad.
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Las medidas se aplicarán durante dos semanas.
En estos barrios o municipios, situados en el sur más pobre de la capital, los parques estarán cerrados, mientras que los bares y restaurantes deberán limitar su capacidad a 50%.
No se trata de un confinamiento en el domicilio, como el de la pasada primavera.
"Yo no contemplo ningún confinamiento en el país", afirmó el jefe del gobierno socialista Pedro Sánchez. "Es verdad que no podemos cerrar ninguna puerta pues obviamente el virus es un agente desconocido (...) pero creo que tenemos ahora los medios (...) para contener y doblegar la curva" de contagios, agregó.
Sánchez se reúne este lunes con la presidenta conservadora de la región de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, muy criticada por la gestión de la crisis.
“Tenemos la impresión de que se están burlando de nosotros: podemos seguir yendo a trabajar en otras zonas que no están confinadas pese al riesgo de aumentar los contagios, y también podemos infectarnos dentro de nuestra zona”, denunció Bethania Pérez, una enfermera de 31 años, durante una manifestación contra las medidas.
Reapertura del Taj Mahal
En India, el segundo país con más casos de coronavirus, el Taj Mahal, una joya arquitectónica del arte indoislámico, reabre el lunes tras seis meses de cierre motivado por la epidemia.
El gobierno indio afloja el cerco gradualmente como balón de oxígeno para la economía, aunque el país registra actualmente casi 100.000 casos nuevos cada día.
“En India, y en todo el mundo, se instala un hartazgo ante las medidas extremas tomadas para frenar el avance del coronavirus”, explica Gautam Menon, profesor de Física y Biología de la universidad de Ashoka, quien espera un aumento de casos.
El segundo país con más muertos y el tercero con más casos es Brasil, donde se han contabilizado al menos 136.895 decesos y 4.544.629 infecciones.
Estados Unidos sigue siendo, con diferencia, el país más afectado del mundo con 199.474 muertos hasta la fecha, según los últimos datos publicados por la universidad Johns Hopkins el domingo por la noche.
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Fuerte aumento en el Líbano
La pandemia ha causado la muerte de al menos 957.948 personas en todo el mundo desde finales de diciembre, según un balance elaborado por la AFP el domingo.
La situación parece preocupante en Bélgica, donde el número de casos positivos superó los 100.000 el domingo, en Francia, donde se identificaron más de 10.000 nuevos casos en 24 horas, o en el Líbano, donde los contagios aumentaron desde la explosión el 4 de agosto en el puerto de Beirut.
"Anoche no pude dormir. Las cifras del coronavirus son impactantes", se alarmó en Twitter el médico Firass Abiad, director del hospital universitario Rafic Hariri de Beirut. Aunque se contaba con una subida, "el fuerte aumento de las muertes, incluida la de un joven de 18 años, ha sido una noticia terrible", agregó.
En Israel, un país que vuelve a estar confinado desde el viernes, varios miles de manifestantes fueron autorizados a manifestarse en Jerusalén el domingo por la noche para exigir la renuncia del primer ministro Benjamin Netanyahu, inculpado por corrupción y acusado de mala gestión de la crisis sanitaria.
Este nuevo confinamiento generalizado previsto por al menos tres semanas suscita descontento entre buena parte de la población.
Para el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, la pandemia debe verse como una "advertencia de que no podemos ignorar" las amenazas que supone el cambio climático para el planeta.
“La crisis (ambiental) existe desde hace demasiados años, denunciada, denigrada y negada”, advirtió el domingo.