El pasado martes, aproximadamente 10 horas después de despegar de Londres hacia Singapur, un avión de Singapore Airlines enfrentó “turbulencias extremas repentinas” que provocaron la muerte de un británico de 73 años y dejaron 71 personas lesionadas, entre pasajeros y tripulantes.
Dicho incidente es el más reciente en una serie de graves eventos asociados a turbulencias. Según una nota de The New York Times, el mes pasado, siete pasajeros de un vuelo de Lufthansa desde Texas hacia Fráncfort, Alemania, fueron hospitalizados con heridas leves tras experimentar fuertes turbulencias mientras sobrevolaban Tennessee.
En diciembre del año anterior, aproximadamente veinte personas, entre los que se encontraba un bebé, resultaron heridas en un vuelo de Hawaiian Airlines desde Phoenix hacia Honolulu, que encontró aire agitado poco antes de aterrizar.
La información de The New York Times agrega que las muertes causadas por turbulencias son poco comunes. La última registrada en un vuelo comercial operado por una aerolínea estadounidense ocurrió en 1997.
En esa ocasión, un vuelo de United Airlines que iba de Tokio a Honolulu atravesó fuertes turbulencias sobre el océano Pacífico, según una investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB por sus siglas en inglés), organización que se dedica a la investigación de accidentes de avión.
Una pasajera que no llevaba puesto el cinturón de seguridad salió despedida de su asiento y aparentemente se golpeó la cabeza contra el compartimento de equipaje.
En 1990, una persona de 84 años falleció semanas después de sufrir heridas muy serias durante un vuelo de Eastern Air Lines que encontró turbulencias en su camino hacia el Aeropuerto Internacional de Palm Beach, Florida, según informó la NTSB.
Entre 2009 y 2022, 163 pasajeros y miembros de tripulación resultaron gravemente heridos por turbulencias en aviones registrados en Estados Unidos, según datos de la Administración Federal de Aviación. En diciembre de 2022, once personas sufrieron heridas debido a turbulencias en un vuelo de Phoenix a Honolulu.
El mes pasado, un exayudante de la Casa Blanca que viajaba en un avión de negocios desde New Hampshire hacia Virginia murió a causa de lesiones inicialmente atribuidas a fuertes turbulencias. Sin embargo, una investigación preliminar de la NTSB descubrió que los pilotos del avión habían desconectado un interruptor que estabilizaba la aeronave, lo que provocó que el avión oscilara brevemente en el aire.
*La redacción de este contenido fue asistida con inteligencia artificial.