Managua. El Nuevo Diario, una voz crítica del gobierno de Nicaragua, suspendió este viernes sus operaciones tras casi 40 años de existencia, diezmado por un embargo de papel y tinta impuesto por las autoridades, informó la publicación.
“El Nuevo Diario informa al público en general de que ha decidido descontinuar su publicación debido a dificultades económicas, técnicas y logísticas que hacen insostenible su funcionamiento”, anunció el rotativo -uno de los dos principales del país- en un comunicado.
El cierre generó condenas entre periodistas, lectores y defensores de derechos humanos y la libertad de prensa.
“Sabemos que esto es parte de la represión del gobierno contra los periodistas (...) Desde abril del 2018 hemos estado bajo balas, asedio, persecución”, dijo Blanca Reyes, editora del diario, sobre la presión que han sufrido desde esa fecha, cuando estalló una ola de protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega.
El gobierno retiene en aduanas, desde hace casi un año, materiales importados como papel y tinta para la impresión de El Nuevo Diario y La Prensa, los únicos periódicos de circulación nacional.
En consecuencia, el diario había reducido el número de páginas y suspendido la edición impreso de los fines de semana.
#NICARAGUA: Douglas Carcache, subdirector de El Nuevo Diario confirma que todo el sistema informativo del periódico se paraliza. Metro y END dejará de circular en papel y tampoco estará en la web. El argumento del cierre web es supuestos costos económicos. pic.twitter.com/9ULCGwEm1L
— Houston Castillo (@HoustonTexasni) September 27, 2019
También dejó de circular Metro, una publicación asociada a El Nuevo Diario y de distribución gratuita en Managua.
El Nuevo Diario cuestionó fuertemente, al igual que otros medios independientes, la represión estatal a las manifestaciones que estallaron en abril del 2018 contra el gobierno de Ortega.
La violencia, que según grupos humanitarios dejó al menos 325 muertos, cientos de encarcelados y 62.500 exiliados, fue documentada por el rotativo con amplios reportes y denuncias.
La medida de los dueños del diario tomó por sorpresa a los periodistas y otros empleados que, sin advertirlo, habían laborado para la última edición que salió a las calles este viernes, la cual se agotó rápidamente en los puestos de venta.
“Estamos conmocionados y tristes por el panorama de la prensa libre de este país, hoy no solo pierde el periodismo, sino también la ciudadanía, porque es una voz que se apaga”, afirmó el editor de Metro, Eliu Garmendia.
El cierre también impactó a la ciudadanía, en un país donde la mayoría de los medios de comunicación son progubernamentales.
“Es una lástima porque ya no vamos a tener cómo informarnos, hará mucha falta, me gustaba leerlo”, dijo una vendedora ambulante de frutas, Jeny Cruz, de 48 años.
“Me siento mal, la población lee los periódicos para informarse” porque cuesta enterarse “de las cosas verdaderas” que pasan, expresó por Carla Lario, ama de casa.
Asedio al periodismo
Este jueves, Radio Darío (opositora) denunció asedio policial a su sede, y el martes Radio Corporación sufrió daños en su planta de transmisión.
El año pasado fueron intervenidos por la Policía el canal independiente 100% Noticias y Confidencial.
El exvicepresidente y escritor Sergio Ramírez denunció en sus redes sociales: "Dos periódicos han dejado de existir hoy en Nicaragua (...) Un golpe a la libertad de expresión que debemos repudiar y denunciar".
Dos periódicos han dejado de existir hoy en #Nicaragua @elnuevodiario y @MetroNicaragua, como consecuencia del embargo ilegal de sus materias primas e insumos, acto de represión que amenaza también a @laprensa. Un golpe a la libertad de expresión que debemos repudiar y denunciar.
— Sergio Ramírez (@sergioramirezm) September 27, 2019
El relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, manifestóque la salida del diario es una “triste noticia” para la libertad de prensa en Nicaragua y advirtió del inicio de “nueva etapa más sofisticada de represión” contra los medios.
“Triste noticia para la libertad de prensa en Nicaragua. Entramos en una etapa más sofisticada de represión a medios en Nicaragua con acoso de agencia de impuestos, inspecciones laborales, restricciones a la importación de insumos”, escribió en Twitter
La organización de periodistas PEN Internacional, capítulo Nicaragua, acusó al gobierno de ejercer “un boicot aduanero, arbitrario e ilegal”.
Para el el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) “es un duro golpe a la democracia”, por parte del gobierno que –afirmó– ha intentado controlar a los medios con “represión, chantaje y represalias”.
Organizaciones gremiales de periodistas y entidades de derechos humanos lamentaron el cierre de El Nuevo Diario y Metro.
“No vamos a dejar de informar, aunque volvamos al periodismo de catacumbas” en referencia al régimen de Anastasio Somoza en la década de 1970, expresó Sergio Marín, de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes.
“La escalada represiva contra la prensa independiente se mantiene, no hay tregua”, afirmó –por su parte– Cristiana Chamorro, presidenta de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, mientras demandó al gobierno la devolución de los edificios del canal de televisión 100% Noticias y los medios Confidencial, Esta Semana y Esta Noche, ocupados por la Policía y clausurados en diciembre del 2018.
El gobierno de Nicaragua no se ha referido al anuncio.
El Nuevo Diario lo fundaron en 1980 trabajadores del diario La Prensa que se separaron de este medio por desacuerdos en su línea editorial de oposición a la Revolución sandinista, que por entonces encabezaba Ortega.
A mediados de 1990 cambió su línea prosandinista por una más crítica hacia la dirección partidaria.