Bogotá. Colombia alcanzó un nuevo récord de narcocultivos, con al menos 204.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en el 2021, según el informe anual de la Organización de Naciones Unidas (ONU) divulgado este jueves.
El mayor productor de cocaína del mundo “reporta un incremento del 43% en el área sembrada con coca en el país, pasando de 143.000 hectáreas (ha) en el 2020 a 204.000 ha en el 2021″, indicó la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc).
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La cifra es la más alta registrada por la ONU desde que empezó su seguimiento de la producción de cocaína en el 2001.
A la par con los narcocultivos creció la fabricación de droga que sale desde Colombia, principalmente hacia Estados Unidos y Europa. De 1.010 toneladas de cocaína pasó a producir 1.400.
Se trata de una “tendencia al incremento que viene consolidándose desde el 2014″, pese a la persecución del narcotráfico a lo largo de cuatro décadas con la ayuda millonaria de Washington.
Colombia sigue siendo por lejos el mayor productor mundial de cocaína y Estados Unidos su principal mercado. Los departamentos de Nariño y Putumayo, fronterizos con Ecuador, son la región con más narcocultivos: 89.266 hectáreas. El Catatumbo, una región vecina de Venezuela, sigue en la lista con 42.576.
La ONU indicó que el incremento en la siembra de coca y la producción de cocaína obedece principalmente a la “vulnerabilidad territorial”, “el aumento de la demanda global” y al fortalecimiento de los grupos armados que lucran con ese negocio.
‘Fracaso’
El presidente colombiano, el izquierdista Gustavo Petro, denunció el “fracaso” de la lucha antidrogas y planteó a Estados Unidos que definan un nuevo enfoque basado en la prevención del consumo en las economías desarrolladas.
Durante la presentación del informe en Bogotá, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, manifestó que los números son una “muestra visible y evidente del fracaso de la guerra contra las drogas”.
“Es precisamente la evidencia técnica el punto de partida para la construcción de una nueva política de drogas, que es a lo que está comprometido este gobierno”, añadió. Asimismo, el ministro adelantó que presentarán una nueva estrategia contra el narcotráfico que excluye la legalización de la cocaína, aunque instó a que “algún día” se reglamente el “comercio y tráfico” de esa droga a nivel global.
De acuerdo con la ONU, un “alto porcentaje” de los narcocultivos se concentra en tierras de comunidades negras o de reserva forestal. Autoridades colombianas señalan a esa actividad como causante, en gran parte, de la deforestación.
En un encuentro a inicios de octubre entre el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken y Petro, Estados Unidos y Colombia dijeron compartir la idea de avanzar hacia una nueva política antidrogas que vaya más allá de la represión de la producción y el consumo.
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El mandatario colombiano abogó por los campesinos cocaleros, a quienes considera víctimas de la fuerza pública que erradica a la fuerza los arbustos y de los herbicidas que se usaron durante años para acabarlos.
Miles de sembradores y recolectores de la hoja, el eslabón más débil del narco, forman parte de las 17.000 personas que están tras las rejas sindicadas o condenadas por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, según el sistema penitenciario.