Madrid. El coronavirus se ha cobrado ya más de 1.000 muertos en España, donde varios servicios de emergencias están desbordados ante una pandemia que creció exponencialmente en una semana y sumaba este viernes casi 20.000 casos en el país.
En un gigantesco pabellón de congresos de Madrid, las autoridades regionales y el Ejército estaban instalando un hospital con 5.500 camas y en Barcelona preparaban hoteles para acoger pacientes, una medida ya aplicada en la capital española.
El personal médico advierte de una situación de “caos” en el sistema sanitario ante unas plantillas diezmadas por los contagios y la falta de material y camas de unidades intensivos que, según diferentes fuentes, está llevando a escoger qué pacientes reciben estos tratamientos.
"Vienen los días peores", a medida que el país se acerca "al punto máximo", avisó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
La tensión del sistema es tal que las autoridades de la región de Madrid anunciaron que, junto con la Unidad Militar de Emergencias (UME), montarán un hospital con 5.500 camas de hospitalización y cuidados intensivos en el IFEMA, un gigantesco pabellón de congresos de la capital.
España sumaba este viernes 19.980 casos -un 16,5% más que el jueves- y 1.002 muertos, un 30% más que 24 horas antes, según datos del gobierno.
Pero sobre todo, el número de víctimas mortales se ha multiplicado por diez en siete días. España es ahora el tercer país del mundo con más casos, lo que puede explicarse por su mayor capacidad que otros para realizar pruebas.
La situación más angustiosa se da en la región de Madrid, que concentra algo más de un tercio de los casos, y 628 fallecimientos, el 63% del total.
Fuentes sanitarias comentaron que en la región de Madrid hay una escasez acuciante de material protector (guantes, mascarillas) para el personal, desbordado por el ingreso de pacientes y las bajas causadas por los médicos y enfermeros contagiados o en cuarentena.
“Ha faltado previsión; los protocolos no estaban pensados para esta afluencia de gente, falta material, falta personal, faltan equipos de protección (...) y todo esto en conjunto crea un caos”, comentó Eduardo Fernández, un enfermero de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital público madrileño Infanta Sofía, y delegado del sindicato MATS.
"Lo peor es que el personal sanitario que está en cuarentena va en aumento", y eso "va a generar un problema serio", añadió, precisando que entre el personal de su centro (unos 1.200 en total), un 10% está aislado en su domicilio.
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“Los respiradores y los ventiladores asistidos son limitados. No hay para todos” con lo que los médicos se ven obligados a hacer “una tenebrosa selección”, declaró José María Garcés, médico jubilado de 66 años que se reincorporó a su hospital de Barcelona esta semana.
En un protocolo que copaba titulares este viernes, la sociedad de médicos intensivos instó a “ingresar prioritariamente a quien más se beneficie o tenga mayor expectativa de vida, en el momento del ingreso”.
This pianist serenaded his neighbors from his balcony during Spain's countrywide coronavirus lockdown pic.twitter.com/DaJfmst73d
— NowThis (@nowthisnews) March 18, 2020
En una rueda de prensa, Fernando Simón, director de emergencias sanitarias, reconoció: “Tenemos algunas unidades asistenciales bajo un estrés cercano al límite”, si bien sostuvo que esto “no es en absoluto generalizable” en el conjunto de España.
También admitió la tensión en las emergencias de ciertos hospitales desbordados e indicó que “en algunas UCI concretas”, por la “sobrecarga y la presión, se tienen que hacer un poco más restrictivos” que de costumbre en la admisión de pacientes de coronavirus.
Respuesta del Estado
Salvador Illa salió al paso y afirmó que se están “movilizando todos los recursos disponibles, para asegurar que el personal sanitario tenga todo lo que necesita para atender a todos los españoles”.
En los últimos días distribuyeron 1,5 millones de mascarillas, 500.000 procedentes de China, y “vienen 300.0000 mascarillas de Alemania”, explicó Illa, que también incorporó a decenas de miles de médicos y enfermeras al sistema.
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Igualmente se han incorporado al sistema miles de estudiantes de Medicina.
En Madrid, en las últimas horas, las autoridades improvisaron hospitales en dos grandes hoteles, para ingresar a enfermos con síntomas leves.
Desde el sábado pasado, la población española está sometida a un confinamiento casi total, por el que la gente solo puede salir de casa para comprar productos de primera necesidad o acompañar a personas dependientes.
Las calles de las grandes ciudades están vacías, los supermercados controlan el aforo para evitar focos de contagio, y miles de patrullas policiales vigilan dentro y fuera de las urbes que se cumpla el confinamiento.
Las fronteras terrestres con Francia y Portugal están cerradas, y en 55 ciudades el Ejército se desplegó para desinfectar puertos, aeropuertos o estaciones de tren.
“En esta guerra irregular o rara que nos ha tocado luchar, todos somos soldados”, apuntó el general del Aire Miguel Ángel Villarroya, jefe del Estado Mayor de la Defensa.