Roma. Ataques de pánico, miedo a morir y pérdida de contacto con la realidad. El brote del nuevo coronavirus Covid-19 en Italia y las medidas de prevención y contención instauradas están generando una “epidemia de miedo” en el país, paralela a la crisis sanitaria, opinan los psicólogos.
El anuncio de la primera muerte en Italia y el confinamiento en cuarentena de más de 50.000 personas en 11 ciudades del norte, el cierre de escuelas y la anulación de eventos deportivos y culturales han creado una verdadera psicosis, dicen los profesionales.
Esta se ha manifestado por la avalancha en los supermercados, típica de una "angustia de muerte", según la psiquiatra Rossella Candela, en Roma.
“Algunos se adaptan. Otros actúan como si estuvieran bajo los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial”, explicó por teléfono.
La búsqueda ansiosa de mascarillas -prácticamente agotadas en las farmacias del norte - contribuye a la psicosis.
Pasado el primer movimiento de pánico, permanece una angustia permanente, regular, alimentada por la ruptura de la normalidad.
“Algunas medidas han aumentado la ansiedad: el cierre de escuelas, de iglesias... En nuestros pueblitos lombardos, nunca se había anulado una misa. Es loco, lo nunca visto”, dice Alessandra Braga, psicoterapeuta en Brescia (Lombardía, norte).
“El lunes, lo pasé en mi consulta tratando de que mis pacientes volvieran a la realidad”, cuenta.
Como las escuelas y las oficinas están cerradas, “muchos pasan el día viendo la tele, que solo habla del coronavirus, lo que es ansiógeno. Trato de convencerlos de que salgan, se aireen”, expresa Braga.
Pero “es como una epidemia emotiva. La emotividad es muy difícil de gestionar”.
Desde el inicio de la crisis, las autoridades italianas han insistido en la prevención y han tratado de tranquilizar al decir que la situación “está bajo control”.
Problema de interpretación
Pero para el psicólogo Gabriele Zanardi, quien ejerce en Pavía (Lombardía), “el problema radica en la interpretación: cerrar los colegios, la cuarentena son medidas de prevención, pero la gente lo ve como la prueba de que la catástrofe está ahí. Son medidas ‘chocantes’ aunque en realidad son razonables”, explica.
Difícil luchar contra el miedo suscitado por algo "intangible, invisible, como es un virus", reconoce.
"Por eso hay que darle rostro a este enemigo invisible: el chino, la persona acatarrada...".
En Milán, el barrio chino está trastornadob desde hace tres días: comerciantes y restaurantes han preferido adelantarse y han cerrado. Por miedo a verse estigmatizados en una región gobernada por la Liga -extrema derecha- de Matteo Salvini.
En Turín, tras el anuncio del primer muerto por la epidemia, una china de 40 años fue agredida en la calle por desconocidos que le gritaron: “Tienes el virus, vete porque si no te mato”.
“Italia se ha convertido en un país con miedo”, dice en el diario La Stampa Mariella Enoc, directora del hospital Bambino Gesu, de Roma. “Las fobias sobre este virus están superando a la razón y la palabra de los científicos”.
Noticias falsas
Para los psicólogos interrogados por la AFP, el problema más preocupante radica en la avalancha de noticias falsas. El falso anuncio del cierre de todas las escuelas italianas hasta el 5 de marzo tuvo que ser desmentido oficialmente el martes.
Las teorías conspiratorias se disparan: el virus permanecería activo durante seis días en los paquetes procedentes de China, la epidemia estaría destinada a acabar con la economía de la rica Lombardía...
Paradójicamente, la gente en cuarentena parece menos preocupada que los que están fuera. "Se han enfrentado a la realidad, mientras que los del exterior solo tienen la percepción de las cosas", subraya Gabriele Zanardi.
Pero, felizmente, queda el humor. “Tras una semana encerrados en casa, si mis hijos no mueren por el coronavirus, yo misma los mato”, manifiesta una mujer.
O una foto en Twitter de paquetes de penne (pasta) en los anaqueles vacíos con el comentario: “La gran derrota del coronavirus es no haber podido convencer a los italianos de que les gusten estos penne”.
“Yo creo que en términos de percepción psicológica hemos vivido un pico de terror incontrolado en los últimos días”, relativiza Zanardi, antes de agregar: “Poco a poco, se irá recuparando un poco la normalidad. Y la gente se habitúa. Lo excepcional se hará rutina”.