La Habana. Los cubanos votan el domingo en un referendo al nuevo Código de las Familias, una avanzada legislación en términos de derechos sociales que incluye el matrimonio igualitario y el vientre subrogado, que aún encuentra algunas reticencias.
“Hace unos años yo no hubiera aceptado este código, pero (...) uno tiene que actualizarse. Este es un código muy humano, totalmente inclusivo”, dijo a AFP antes de entrar a una casilla recién instalada en La Habana Vieja el exprofesor de marxismo Elio Gómez, de 78 años.
El presidente Miguel Díaz-Canel acudió a votar con su esposa, Lis Cuesta, en una casilla del municipio de Playa, en el oeste de la capital.
Es “una norma justa, necesaria, actualizada, moderna y que da derechos y garantías a todas las personas, a todas las diversidades de familias, de personas, de credo”, dijo Díaz-Canel luego de emitir su sufragio.
En camiseta azul con una bandera cubana bordada en el pecho, el mandatario depositó la papeleta en una urna custodiada por dos niños. “Votó”, dijeron los menores al unísono frente al presidente, una práctica habitual en Cuba con cada elector.
Enfundado en una camisola color caqui militar, el expresidente cubano Raúl Castro (2006-2018) acudió también a votar.
En el centro de La Habana los colegios electorales lucían poco concurridos y los votantes llegaban a cuentagotas.
Cerca del medio día había votado 37,3% de 8,4 millones registrados en el padrón electoral, informó María Esther Bacallao, secretaria del Consejo Electoral Nacional. Las urnas cerraron a las 4 p. m. (hora de Costa Rica).
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La nueva ley, que de ser aprobada sustituirá la vigente desde 1975, define el matrimonio como la unión “entre dos personas”, abriendo la puerta al casamiento homosexual y la adopción para parejas del mismo sexo.
También permitirá reconocer legalmente a varios padres y madres, además de los biológicos, así como la gestación subrogada, sin fines de lucro, en tanto suma otros derechos que favorecen a los niños, ancianos y discapacitados.
La boleta contempla la única pregunta: “¿Estás de acuerdo con el Código de las Familias?”, con las opciones de Sí y No como respuestas.
Algunos puntos despiertan sensibilidad en una sociedad aún marcada por el machismo que se exacerbó en las décadas de 1960 y 1970, cuando el gobierno condenó al ostracismo a muchos homosexuales o los envió a campos militarizados de trabajo agrícola.
“Nosotros no estamos votando Sí con el PCC (Partido Comunista de Cuba). Es el PCC quien está votando Sí con nosotros”, insistió Maykel González, un activista gay, en un tuit destacado y mostró su boleta marcada con el Sí.
El nuevo código ha sido objeto de una intensa campaña mediática del gobierno.
“Un código muy humano”
En América Latina el matrimonio igualitario es legal en Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Chile y en varios estados mexicanos. Mientras que el vientre subrogado es legal en dos estados de México.
El gobierno trató de introducir el matrimonio homosexual en la Constitución de 2019, pero dio marcha atrás ante fuertes críticas de las iglesias católica y evangélica.
La conferencia de obispos de Cuba volvió a la carga este mes al oponerse en un comunicado a varios puntos, como la adopción gay y la gestación asistida.
Una consulta entre febrero y abril en 79.000 reuniones, barrio por barrio, condujo a una modificación del 48% del texto, pero su amplio espectro (más de 500 artículos) alimenta dudas entre algunos que están de acuerdo, por ejemplo, con los matrimonios igualitarios, pero no con que adopten.
“Se le ha ido la mano”
Es la primera vez que los cubanos validan una ley en referendo.
En un contexto de profunda crisis económica, un éxodo migratorio y más de un año después de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, hay ciudadanos tentados a abstenerse de ir a votar en señal de protesta.
“Creo que he sido uno de los primeros en decir No. Aquí no hay comida, productos de aseo, estamos sobreviviendo, y con tremendos apagones, no veo razón para decir Sí”, dijo José Antonio Callejas, de 47 años, saliendo de una casilla en La Habana Vieja.
Para el politólogo cubano Rafael Hernández se trata de “la pieza de legislación más importante en materia de derechos humanos”, tras los grandes cambios al inicio de la revolución de 1959.
Por primera vez hay grupos que reclaman al gobierno que “se le ha ido la mano” al cumplir de más con lo prometido.
“El gobierno está facilitando que se hagan visibles aquellos sectores más conservadores de la sociedad con sus ideas propias, sin maquillarlas”, señala Hernández.
Las autoridades electorales tienen previsto dar el lunes los resultados preliminares del referendo. La ley entrará en vigor inmediatamente si obtiene más del 50% de los sufragios.