Washington. De Nueva York a California, autoridades, activistas y ciudadanos prometieron el viernes luchar para que los estados gobernados por demócratas sigan sirviendo de “santuarios” destinados a que las mujeres que deseen abortar lo hagan con total seguridad.
En el estado de Nueva York, cuarto del país en población (20 millones de habitantes) e históricamente situado a la izquierda por el peso liberal en la ciudad de la ‘Gran Manzana’, autoridades y profesionales sanitarios se preparaban desde hace semanas para el entierro de medio siglo de derecho constitucional a la interrupción voluntaria del embarazo.
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Y así, prevén una avalancha de mujeres procedentes de los 26 estados conservadores que han prohibido o limitado el aborto o que lo harán próximamente. De ellos, 13 estados se han dotado de las denominadas leyes ‘gatillo’, que automáticamente se activarán en cuestión de días u horas tras la decisión del Supremo.
“Sabemos que las necesidades van a aumentar significativamente”, declaró Sarah Moeller, profesional de la salud de la asociación Brigid Alliance, que paga el viaje, alojamiento y alimentación y proporciona incluso ayuda financiera a las mujeres sin recursos que desean abortar.
La asociación donde trabaja Moeller, que apoya a un centenar de mujeres por mes, calcula que “centenares de miles de personas más van a tener que viajar fuera de sus estados para poder abortar”. Alice Mark, médico y consejera de la Federación Nacional para el Aborto en Massachusetts se preguntó “qué va a pasar con la gente de los 26 estados donde el aborto será total o parcialmente prohibido”.
Abortos en ascenso
“La decisión coincide con un crecimiento del aborto en Estados Unidos”, aseguró Herminia Palacio, directora del Instituto Guttmacher, organización privada que apoya el derecho al aborto.
“Los 930.000 abortos registrados en el país en 2020 suponen el primer aumento sostenido en casi tres décadas y más de uno de cada tres realizados en estados que están prohibiendo el aborto o probablemente lo harán”, aseguró en un comunicado.
De esta cantidad, unos 300.000 se practican en los estados del sur y del centro del país. Alice Mark espera que estados como Massachusetts —pese a que su gobernador es un republicano y donde abortar es caro— o Illinois faciliten el acceso a sus clínicas que tendrán que aumentar el personal y ampliar los horarios de apertura.
‘Santuario’
Eso igual que en Nueva York, donde la gobernadora demócrata Kathy Hochul fue la primera en denunciar el viernes el “retroceso de los derechos de millones de estadounidenses” y prometió “invertir 35 millones de dólares para facilitar el acceso a los servicios para abortar”.
“Nuestro estado seguirá siendo un santuario para aquellas que quieran abortar”, garantizó la demócrata. Al otro lado de Estados Unidos, los gobernadores de tres estados “progresistas” de la costa oeste —Gavin Newsom (California), Kate Brown (Oregon) y Jay Inslee (estado de Washington)— se “comprometieron” en un comunicado a “defender el acceso a la contracepción y el aborto”.
“En más de la mitad del país -33,6 millones de mujeres (el 10% de la población estadounidense) - el aborto será ahora ilegal o inaccesible”, recordaron. Varias mujeres consultadas por la AFP en el barrio neoyorquino de Brooklyn manifestaron su “tristeza” y su “rabia” ante el revés histórico de los jueces conservadores del Supremo (6 votos contra tres) al derecho al aborto.
Mientras Lili Bernstein, de 21 años, se preguntaba si quiere “formar parte de este país”, Nabila Valentin, de 36 años, declaró estar “feliz de vivir en un estado como Nueva York donde se siente en seguridad y con sus derechos protegidos”. Asociaciones religiosas y comunitarias luchan también por defender el derecho al aborto en Estados Unidos.
Como el Consejo Nacional de Mujeres Judías, (NCJW), con sede en Washington, que creó un “fondo judío de acceso al aborto en asociación con la federación nacional para el aborto”, explicó su presidenta Sheila Katz. “Vamos a seguir luchando para que cada mujer pueda tomar su propia decisión en conciencia sobre su propio cuerpo, su vida, su futuro, independientemente de quien sea y donde viva”, prometió Katz.
Derecho al aborto amenazado
La mitad de los estados de Estados Unidos, sobre todo en el sur y el centro, podría prohibir totalmente el aborto tras el fallo de la Corte Suprema. Incluso, varios estados, como Misuri y Dakota del Sur, ya anunciaron que así lo harían.
“Este es un día monumental para la santidad de la vida”, manifestó el fiscal general de Misuri, Eric Schmitt, en un tuit acompañado de una imagen que lo muestra ratificando un texto que “realmente” pone fin al aborto en este conservador estado central.
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La gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, afirmó que el aborto ahora es ilegal en este estado del norte de Estados Unidos, bajo una ley llamada “zombie” o “gatillo” que había sido redactada con anticipación para entrar en vigor automáticamente en caso de cambio de jurisprudencia por la Corte Suprema.
Esta ley “especifica que, a partir de hoy, todos los abortos son ilegales en Dakota del Sur ‘a menos que una decisión médica razonable y adecuada establezca que un aborto es necesario para preservar la vida de la mujer embarazada’”, afirmó en un comunicado.
Poco después, el gobernador republicano de Indiana anunció que convocará a la legislatura de su estado, también en el norte de Estados Unidos, para que se pronuncie cuanto antes sobre la prohibición del aborto. “Tenemos la oportunidad de progresar en la protección del carácter sagrado de la vida, y eso es exactamente lo que vamos a hacer”, dijo.