Texas. En una operación audaz y meticulosamente planificada, Estados Unidos logró uno de los golpes más duros al cártel de Sinaloa. Este jueves, las autoridades detuvieron en Texas a Ismael “Mayo” Zambada, uno de los cofundadores del cártel, y a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Según el Departamento de Justicia, la captura de estos dos líderes es un paso significativo en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de fentanilo, una droga que ha devastado comunidades en ambos lados de la frontera.
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La operación de infiltración que llevó a estas detenciones fue descrita por los medios estadounidenses como una maniobra digna de una película de espionaje. Los dos líderes fueron arrestados cuando su avión privado aterrizó en Texas, en el lado estadounidense de la frontera con México.
Según Fox News, Joaquín Guzmán López convenció a Ismael Zambada para embarcar en un avión con destino al sur de México. Sin embargo, el avión se dirigió hacia el norte y aterrizó en El Paso, Estados Unidos, donde ambos fueron arrestados.
El hijo de “El Chapo” habría atraído a “El Mayo” al avión “con falsas excusas”, según funcionarios estadounidenses citados por el New York Times. Guzmán se entregó voluntariamente mientras que “El Mayo” fue arrestado, confirmaron fuentes policiales.
Merrick Garland, secretario de Justicia de Estados Unidos, destacó la importancia de estas capturas. “Ismael Zambada García, también conocido como ‘El Mayo’, cofundador del cártel, y Joaquín Guzmán López, hijo del otro cofundador, fueron arrestados hoy en El Paso, Texas”, dijo en un comunicado.
Ambos están acusados de tener un papel fundamental en la fabricación y el tráfico de fentanilo, un opiáceo sintético altamente letal que ha causado una crisis de salud pública en Estados Unidos.
Anne Milgram, jefa de la DEA, calificó la detención de “El Mayo” como un golpe directo al corazón del cártel de Sinaloa, responsable de gran parte de las drogas que causan la muerte de miles de estadounidenses.
La captura del hijo de “El Chapo” también asesta un duro golpe a la organización criminal, que ha estado bajo presión constante desde la extradición de Joaquín Guzmán en 2019 y la posterior extradición de su otro hijo, Ovidio Guzmán López, en 2023.
Ismael Zambada, conocido por su bajo perfil y su preferencia por los negocios sobre la violencia, es uno de los últimos líderes de la vieja guardia del narcotráfico mexicano que había logrado evadir la justicia. Según InSight Crime, “El Mayo” es uno de los narcotraficantes más notorios de México, manteniendo una influencia significativa en el cártel mientras evitaba la atención pública y policial.
Estados Unidos registró más de 107,000 muertes por sobredosis en 2023, el 70% de ellas relacionadas con el fentanilo. La justicia estadounidense se comprometió a no detenerse hasta que todos los responsables del cártel de Sinaloa enfrenten las consecuencias de sus acciones.
La violencia del narcotráfico sigue siendo una grave preocupación en México, donde más de 450,000 personas fueron asesinadas desde que el gobierno lanzó una ofensiva militar contra los cárteles en 2006.
El cártel de Sinaloa ha sido particularmente eficaz en forjar vínculos con altos niveles de la policía federal y el ejército mexicano, lo que les permitió mantener su dominio y evadir la captura durante años.
Además de sus actividades en México y Estados Unidos, el cártel de Sinaloa también ha sido acusado de lavar más de $50 millones en ganancias del narcotráfico con la ayuda de banqueros chinos en la sombra, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
La detención de estos dos líderes podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra el cártel de Sinaloa, pero también plantea preguntas sobre la dinámica interna de la organización y si la traición jugó un papel crucial en estas capturas.