Quito. El Gobierno de Ecuador ordenó de manera “urgente” acciones de limpieza y remediación tras un derrame de petróleo ocurrido en una zona de la Amazonía por la rotura del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) privado, informó la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
A través del Ministerio de Ambiente, “el Gobierno ha dispuesto de carácter urgente e inmediato la gestión de las actividades de contingencia, limpieza y remediación” en el sector de la localidad de Piedra Fina, señaló la cartera en un comunicado difundido hacia la madrugada de este sábado, sin precisar la cantidad de crudo derramado.
Según el pronunciamniento, trabajadores permanecen “monitoreando ambientalmente la zona afectada”, luego de la rotura del OCP registrada la tarde del viernes en la área ubicada en el límite entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos (fronterizas con Perú y Colombia). El Comité de Operaciones de Emergencia de la provincia de Napo activó sus operaciones para garantizar la distribución de agua para sus pobladores.
De acuerdo con el Gobierno, el desprendimiento de piedras a causa de fuertes lluvias afectó “cuatro tubos de la infraestructura del OCP”, que transporta a diario al menos 450.000 barriles de crudo. La empresa indicó que el daño se registró en una “zona en la que el tubo no se encuentra directamente expuesto a los ríos” y añadió que su personal trabajaba “de manera intensa en evitar cualquier riesgo de que este derrame alcance fuentes de agua”. No obstante, la compañía no suspendió la recepción de crudo ni las exportaciones del mismo.
Ecuador explotó 494.000 barriles diarios de crudo entre enero y noviembre, la mayoría a cargo de la estatal Petroecuador, según el Banco Central. En el sector de Piedra Fina, en diciembre el OCP y el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) estatal debieron construir ramales alternativos de sus ductos y suspender el bombeo de petróleo debido a la erosión del suelo causada por un río.
En mayo del 2020, en el mismo sector se produjo un hundimiento que destruyó tramos del SOTE, el OCP y un poliducto. Entonces, ocurrió una fuga de 15.000 barriles que acabaron vertidos en tres ríos amazónicos, afectando a las poblaciones ribereñas, algunas indígenas.
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