Washington. El primer ensayo clínico en humanos para probar una posible vacuna contra el nuevo coronavirus arrancó el lunes en Seattle, estado de Washington, dijeron el lunes autoridades de salud de Estados Unidos, lo cual hace crecer las esperanzas en la lucha mundial contra la enfermedad.
Sin embargo, puede pasar de un año a 18 meses antes de que esté disponible, una vez que haya pasado más fases de prueba para demostrar que funciona y es segura.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) confirmaron el inicio en un comunicado: “El primer participante recibió la vacuna experimental hoy (lunes)”, se indicó.
"El ensayo clínico abierto incluirá la participación de 45 adultos voluntarios saludables de entre 18 y 55 años durante aproximadamente seis semanas", detalló la nota.
La vacuna la desarrollaron científicos y colaboradores del NIH en colaboración con la empresa de biotecnología Moderna, con sede en Cambridge, Massachusetts.
La Coalición para la Innovación en la Preparación de Epidemias (CEPI), con sede en Oslo, Noruega, también proporcionó fondos para la implementación de la prueba.
El ensayo de Seattle estudiará el impacto de diferentes dosis administradas por inyección intramuscular en la parte superior del brazo del paciente, al tiempo que los participantes serán monitoreados para detectar efectos secundarios como dolor o fiebre.
“Encontrar una vacuna segura y efectiva para prevenir la infección es una prioridad de la salud pública”, declaró Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
"Esta fase 1 del estudio, lanzada en un tiempo récord, es un paso importante para alcanzar este objetivo", agregó.
Actualmente no hay vacunas o tratamientos aprobados contra la enfermedad del coronavirus, conocida como covid-19, que ha infectado a más de 175.000 personas en todo el mundo desde que se detectó por primera vez en el centro de China a fines de diciembre.
A la fecha, el mal ha cobrado 7.000 vidas, según un recuento de AFP, la mayoría en China seguido luego de Italia.
Los gérmenes del coronavirus son esféricos y tienen picos sobresalientes en su superficie, lo que les da la apariencia de una corona. El pico se adhiere a las células humanas, lo que permite que el virus ingrese.
La candidata a vacuna de Moderna contiene la información genética para este pico en una sustancia llamada "ARN mensajero".
Inyectar un ARN mensajero en un cuerpo humano hace que se desarrolle en el interior del cuerpo, desencadenando una respuesta inmune sin necesidad de infectar a la persona con el virus completo.
Carrera contrarreloj
Los laboratorios farmacéuticos y de investigación de todo el mundo compiten por desarrollar tratamientos y vacunas para el nuevo coronavirus.
Por ejemplo, un tratamiento antiviral llamado Remdesivir, realizado por la estadounidense Gilead Sciences, ya se encuentra en las etapas finales de los ensayos clínicos en Asia y los médicos en China han informado de que ha demostrado ser efectivo para combatir la enfermedad.
Pero solo los ensayos aleatorios permiten a los científicos saber con certeza si realmente ayuda o si los pacientes se habrían recuperado sin él.
Otra estadounidense, Inovio, que está creando una vacuna basada en el ADN, ha dicho que iniciará ensayos clínicos el próximo mes.
El coronavirus avanza y la carrera contrarreloj por la vacuna para frenarlo ya está en curso.