Interés Humano

Ejecutado en Japón exgurú de secta Aum, condenado por ataque con gas sarín

Atentado cometido en marzo de 1995 costó la vida a 13 personas y causó diversas lesiones a 6.300.

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El líder de culto apocalíptico japonés Shoko Asahara, en el centro, se sienta en una camioneta de la Policía tras un interrogatorio en Tokio el 25 de setiembre de 1995. Medios japoneses dicen que el viernes 6 de julio de 2018, Asahara fue ejecutado. Tenía 63 años. (AP)

Tokio. El exgurú de la secta Aum, Shoko Asahara, condenado a muerte por su responsabilidad en el ataque con gas sarín perpetrado en el metro de Tokio en marzo de 1995, fue ejecutado el viernes por la mañana junto a otros seis exmiembros, informaron medios japoneses.

El ministerio de Justicia no confirmó de momento la información dada por las cadenas de televisión y las agencias de prensa niponas.

De los trece condenados, la ejecución de Shoko Asahara fue la primera en anunciarse.

Los otros seis exmiembros de la secta Aum, además del gurú Asahara, fueron ejecutados por su implicación en el atentado con gas sarín.

El portavoz del gobierno confirmó la muerte por ahorcamiento de Shoko Asahara (cuyo verdadero nombre era Chizuo Matsumoto), pero no aportó información sobre los otros condenados a la pena capital. El ministro de Justicia tenía previsto ofrecer una rueda de prensa en Tokio el viernes.

Shoko Asahara (cuyo verdadero nombre era Chizuo Matsumoto) esperaba desde hacía años en el corredor de la muerte, como 12 cómplices implicados en el atentado con gas sarín que le costó la vida a 13 personas y causó diversas lesiones, algunas irreversibles, a otras 6.300.

El 20 de marzo de 1995, según un procedimiento muy pensado, varios miembros de la organización oculta Aum Verdad Suprema, creada por Shoko Asahara, vertieron gas sarín en vagones del metro de la capital.

En un primer momento, nadie entendía lo que estaba ocurriendo aquella mañana, en plena hora pico, cuando varios pasajeros salían ahogándose, sin ver nada, de varias bocas de metro de las líneas atacadas.

Antes de ese atentado, que conmocionó al país, Japón asistió a un crecimiento de la secta Aum en los años 1980 y 1990, entre la estupefacción y la angustia.

El jefe místico Asahara visitaba programas de televisión y los estrados durante las campañas electorales para captar la atención de los ciudadanos, incluyendo jóvenes científicos de alto nivel, médicos y abogados.

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