Washington. Cuando Melissa, una enfermera que vive en el estado de Alabama, fue a buscar su tratamiento para la poliartritis reumatoide la semana pasada le dijeron que el medicamento se había dejado “de lado” en espera de que el farmacéutico verificase que ella “no lo iba a usar” para inducir un aborto.
“Me dijo ‘tengo que comprobar si estás bajo anticonceptivos’. Pero ¿qué me está contando?” pensé.
LEA MÁS: Corte Suprema revoca Roe vs. Wade y elimina el derecho al aborto en Estados Unidos
Melissa, de unos 40 años y que no quiso dar su apellido, consiguió el medicamento después de haber llamado a su médico.
“Fui a recogerlo unas horas más tarde, pero me sentí atacada”, contó desde este estado del sur de Estados Unidos. Agregó que hace seis años se sometió a una histerectomía, extirpación parcial o total del útero.
Según ella, el hecho de que no usara métodos anticonceptivos podría haber hecho pensar al farmacéutico que podría estar embarazada.
Se han visto casos similares desde una sentencia de la Corte Suprema del 24 de junio contra el derecho constitucional al aborto, que hizo que algunos estados conservadores prohibieran o restringieran mucho el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.
El metotrexato ayuda a limitar la inflamación y suele usarse contra enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide. Contribuye asimismo a detener la división celular y se receta en altas dosis contra el cáncer.
Pero a veces también se usa como un medio para realizar un aborto con medicamentos, aunque con menos frecuencia que la combinación de mifepristona y misoprostol, aprobada por las autoridades sanitarias estadounidenses.
Las nuevas leyes antiaborto de algunos estados amenazan con procesar a los médicos y farmacéuticos que suministren metotrexato.
Ante esta situación las organizaciones de especialistas en las enfermedades para las que se receta aconsejan a los pacientes que les digan si no les venden el medicamento.
“Aterrador”
Una estudiante de Ohio dijo a la AFP que toma metotrexato desde 2020 para tratar el lupus eritematoso diseminado que padece, otra enfermedad autoinmune que afecta los riñones, el hígado y causa dolor en las articulaciones.
Un farmacéutico de una cadena conocida le explicó que “ya no aceptan recetas de metotrexato excepto” en el caso de un tratamiento médico aprobado para el cáncer de mama o si la paciente “no es fértil”.
La estudiante dice que después probó en una farmacia familiar. En vano.
Y el consultorio de su médico le envió una carta anunciándole que ya no recetaría el medicamento debido a la dificultad de los pacientes para conseguirlo.
Al final la primera farmacia pudo venderle metotrexato, pero ella está “fastidiada y enfadada”, concluye.
Jennifer Crow, una habitante de Tennessee (sur) de 48 años, dijo haber recibido una llamada automática de la gran cadena de farmacias estadounidense CVS indicándole que se suspendía su tratamiento, aunque finalmente lo consiguió.
CVS y el gigante de la distribución Walmart han confirmado a la AFP que cumplen con las nuevas normativas estatales, después de la decisión de la muy conservadora Corte Suprema.
La cadena CVS pide al personal sanitario “que incluya el diagnóstico en las recetas para que los pacientes tengan un acceso fácil y rápido a los medicamentos”.
Alisa Vidulich, directora de políticas públicas de la Fundación para la Arthritis, confía en que la situación se resuelva rápidamente con la implementación de estas directrices.
“Pero puede que no sea el caso en todos los estados, y podría convertirse en un problema a largo plazo”, reconoció.
Melissa, la enfermera de Alabama, está indignada por la desigualdad que genera: uno de sus mejores amigos, un hombre, pudo obtener metotrexato sin problemas. “Vamos en la dirección equivocada y es aterrador”.