Ciudad del Vaticano. El papa Francisco lamentó este domingo la “terrible explosión de violencia” ocurrida en la prisión de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, donde 119 personas murieron –seis de ellas, decapitadas– durante la peor masacre de la historia carcelaria de América Latina.
“Me ha entristecido mucho lo que ha sucedido en los pasados días en la cárcel de Guayaquil, en Ecuador”, comentó el papa, tras su tradicional oración dominical del Ángelus, en la plaza de San Pedro. “Que Dios nos ayude a sanar las llagas del crimen que esclaviza a los más pobres y ayude a cuantos trabajan cada día para hacer más humana la vida en las cárceles”, concluyó.
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Entre el martes y el jueves, se produjeron violentos enfrentamientos en la prisión de Guayaquil entre grupos criminales vinculados al narcotráfico. Unas 119 personas perdieron la vida y 86 resultaron heridas. El número total de presos en Ecuador ha aumentado un 30% en los últimos seis años, en tanto el presupuesto para los centros penitenciarios, en ese mismo periodo, se redujo de $150 millones a $90 millones.
Ecuador cuenta con 65 cárceles con capacidad para 30.000 pero albergan 39.000, un hacinamiento de 30%. Para reducir el hacinamiento, el gobierno planea construir más infraestructura penitenciaria, otorgar indulto para unos 2.000 reclusos de más de 65 años y con enfermedades o discapacidades y repatriar a extranjeros con condena para que la completen en sus países de origen. Un 10% del total de la población carcelaria es extranjera, en su mayoría colombianos y venezolanos.
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