Pucón, Chile. Reinan las dudas y la expectación sobre la posibilidad de ver este lunes el eclipse total de sol en el sur de Chile, donde la comunidad científica y los turistas están pendientes de las nubes y el mal clima que capota desde hace días la zona.
En las faldas del volcán Villarrica, a unos 1.500 metros de altura y en los alrededores de Pucón, un destino turístico a 800 kilómetros al sur de Santiago, un equipo de científicos del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica monitorean regularmente el cielo con la idea de predecir de alguna manera si la climatología será benigna al mediodía del lunes.
A las 1 p. m. hora local (10 a. m. en Costa Rica) de ese día la órbita de la Luna alrededor de la Tierra y la del Tierra en torno al sol coincidirán, permitiendo la alineación del planeta, el satélite y la estrella generando un eclipse total durante dos minutos.
El problema reside en la capa de nubes que desde el pasado jueves cubre la región de La Araucanía, principal impedimento para apreciar el fenómeno astronómico ya que las previsiones auguran un 100% de lluvia durante el eclipse.
Para Simón Ángel, astrónomo de la Universidad Católica, "el escenario ideal" de este eclipse, al que ya llaman "diferente" por la inestabilidad atmosférica, sería que en el momento en el que se haga de noche en pleno día haya algunos claros entre las nubes.
“Si se acerca la totalidad y ahí se está despejando y tenemos algunos claros, vamos a tener equipos armados dentro del edificio y podemos sacarlos para prepararlos rápidamente para observar el momento de la totalidad, que en mi opinión es el momento más espectacular del eclipse”, dijo.
Sin embargo, descartado casi por completo un cielo despejado, ya se manejan alternativas en caso de que el sol no pueda apreciarse entre las nubes.
“Hay que activar los otros sentidos. Estará la sensación de oscuridad que nos llegará y luego activaremos seguramente el sentido del oído. Estamos en una zona en medio de la naturaleza con bosque alrededor y habrá muchas especies que se van a confundir porque va a pasar de golpe del día a la noche y dos minutos después de noche al día”, señaló Ángel.
Los telescopios están preparados en el interior del refugio de esquí del volcán Villarrica y las transmisiones a punto para enviar la señal a todo el mundo, a la expectativa de cómo amanezca el día.
Ángel indicó que llevan días "lamentando" el clima adverso dentro de la comunidad científica. Miran al cielo desde la terraza del refugio y confían en tener una oportunidad o adaptar la experiencia a la realidad de un eclipse total de sol, sin verlo.
“Logramos reconstruirlo y resignificarlo en una nueva experiencia. Nos va permitir observar el eclipse de otra manera y quizás captemos cosas que no hubiéramos podido captar si es que lo hubiéramos estado observando directamente”, agregó.
Ofrenda contra la lluvia
En momentos así, en los que la situación parece abocada a la resignación ante la meteorología, nunca está de más una ayuda desde la sabiduría ancestral y la cosmovisión de los pueblos originarios. Los mapuches, el pueblo mayoritario de Chile, confías en sus rituales y ceremonias para dar un mano a la ciencia.
El sabio mapuche Juan Ñanculef contó que en la mañana del lunes realizará una ceremonia para pedir a la naturaleza que permita que la lluvia y las nubes cesen para apreciar el eclipse.
“Lo que vamos a hacer es ofrendar harina tostada y yerba seca o café. Con eso vamos a pedirle a la naturaleza que trate de mejorar el tiempo”, señaló mientras realizaba un ritual para pedir permiso al volcán en su visita este domingo.
Está convencido de que la cosmovisión mapuche y su relación con la naturaleza y el cosmos puede ayudar a que durante el momento del eclipse, llamado lan antü en la lengua mapuzungún, que significa muerte temporal del sol, se pueda lograr la efectividad que asegura tenían sus antepasados para hacer cambiar el clima.
“Tiene que ver con las ofrendas secas ya que antiguamente los mapuches podían intervenir en la presión atmosférica mediante cierta energía que manejaban en la palabra y ahí se separa la lluvia. Puede llover, pero más allá”, explicó.
“Antiguamente era 100% efectivo”, aseguró mientras tomaba agua en su boca y la escupía sobre el terreno arenoso que cubre la ceniza de anteriores erupciones volcánicas.