Estocolmo. La Academia Sueca, que anuncia todos los años los Premios Nobel, excepto el de la Paz, está en crisis: este jueves destituyó a su secretaria permanente, víctima de las divisiones internas tras las acusaciones de acoso sexual contra el esposo de una académica que dimitió.
En noviembre, el diario Dagens Nyheter publicó los testimonios de 18 mujeres que aseguraban haber sido víctima de violencia o acoso sexual por parte de un hombre de origen francés casado con una académica, la poetisa y dramaturga Katarina Frostenson, quien el jueves anunció su salida de la prestigiosa institución.
La Academia rompió sus relaciones con el francés, quien rechaza las acusaciones, y puso fin a las subvenciones al lugar de exposiciones que dirige en Estocolmo, frecuentado por las élites culturales.
Inició, además, una investigación interna y contrató a un bufete de abogados. Las conclusiones no se conocen. Los académicos están sujetos a un estricto deber de reserva.
El 'santuario' se divide
Este caso dividió profundamente al santuario de la literatura y la poesía del país escandinavo, cuyas decisiones están envueltas en un gran secretismo.
Después de la dimisión de tres miembros la semana pasada, fue la secretaria permanente quien tomó la puerta de salida. “La Academia quiere que deje mi cargo de secretaria permanente”, anunció Sara Danius al término de una reunión de la institución.
“Decidí también dejar mi sillón, el número 7. Esta decisión es efectiva inmediatamente”, agregó. “Hubiera continuado con mucho gusto, pero hay otras cosas para hacer en la vida”, declaró Sara Danius a la prensa.
El director general de la Fundación Nobel, Lars Heikensten, expresó su preocupación en público ante una “situación grave y difícil”.
La propia Sara Danius reconoció que esta crisis “afectó al Premio Nobel de forma más bien seria. Es un problema grave”.
Para Lisa Irenius, jefa de las páginas culturales del diario Svenska Dagbladet, con las tensiones actuales “es difícil tener mucha esperanza en la Academia”.
Peter Englund, uno de los académicos que dimitieron, considera que Sara Danius, quien lo sucedió en el cargo en 2015, es objeto de críticas internas “injustificadas”.
Según otro de los académicos, Horace Engdahl, la Academia constató que había “un problema de liderazgo”. “Hacía falta algo radical para crear las condiciones de una nueva salida”, dijo a la televisión pública SVT.
Primera mujer
Sara Danius, profesora de Literatura en la Universidad de Estocolmo, fue la primera mujer que ocupó ese puesto.
Los académicos son miembros permanentes y, en principio, no pueden dimitir. Sí que pueden dejar vacantes sus sillones.
Siete de los 18 académicos ya no son miembros activos, ya que otros dos estaban de excedencia desde hacía varios años.
No es la primera vez que la institución se enfrenta a una ola de dimisiones.
En 1989, tres académicos decidieron abandonar sus asientos ante el rechazo de la institución a condenar la fatua contra el escritor Salman Rushdie tras la publicación de sus “Versos satánicos”. Al final, la denunció 27 años más tarde.
En el ámbito judicial, la fiscalía de Estocolmo anunció a mediados de marzo que una parte de la investigación abierta contra el hombre que está en el centro del escándalo fue sobreseída debido a la prescripción o a la ausencia de pruebas. Se trata de presuntas violaciones y agresiones cometidas entre 2013 y 2015.
No se divulgó cuáles son los casos que aún no se archivaron.