Roma. España salió al paso el lunes y se ofreció a recibir un barco de rescate con 629 migrantes que fue rechazado por Italia y Malta.
La tensión diplomática dejó varados a los que están a bordo del Aquarius en el mar Mediterráneo y reveló las duras tácticas de negociación del nuevo gobierno italiano de posturas antiinmigrantes.
Italia y Malta agradecieron de inmediato al gobierno español por el ofrecimiento para recibir al buque en el puerto de Valencia. Sin embargo, no queda claro si el trayecto será factible dada la distancia y el tiempo que el barco ha estado en el mar.
El lunes, el Aquarius estaba a más de 1.400 kilómetros de Valencia e informó que todavía no recibe instrucciones para dirigirse hacia España.
“Eso significa que necesitamos al menos dos días de navegación, lo cual no es posible hoy con 629 personas a bordo”, dijo Antoine Laurent, gerente de operaciones marítimas de la ONG francesa SOS Mediterranee, que gestiona al barco.
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La agencia de migraciones de la ONU, la Unión Europea, Alemania, otros gobiernos y grupos humanitarios pidieron a los dos países en el Mediterráneo hacer a un lado sus diferencias políticas y considerar con urgencia la difícil situación de los migrantes rescatados. Los pasajeros incluyen a seis mujeres embarazadas, más de 120 menores y gente que sufre hipotermia.
El alcalde de Valencia, Joan Ribo, dijo que la ciudad hará todo lo posible por recibir al Aquarius “si no hay otra posibilidad” . La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también ofreció ayuda y dijo que “la obligación de un gobierno democrático es no mirar hacia otro lado. Es una cuestión humanitaria y europea”.
Sin agua y alimentos
Médicos Sin Fronteras, que tiene personal a bordo del Aquarius, dijo que los alimentos y el agua se agotarán el lunes por la noche y que algunos pasajeros tienen agua en los pulmones y quemaduras químicas causadas cuando la gasolina se mezcla con agua de mar.
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“Los hombres, mujeres y niños a bordo del Aquarius han arriesgado sus vidas en mares peligrosos para escapar de horrendos abusos en Libia solo para verse atrapados en un enfrentamiento político desmesurado entre dos estados europeos”, dijo Amnistía Internacional, acusando tanto a Italia como a Malta de “dar la espalda” a sus obligaciones internacionales.
Pero los dos países se mantuvieron firmes. “¡Suficiente! Salvar vidas es un deber, pero transformar a Italia en un enorme campo de refugiados no lo es”, dijo el nuevo ministro del Interior, Matteo Salvini. “¡Cerraremos los puertos!” , agregó.
Italia ha exigido durante mucho tiempo que la UE cambie su política migratoria y cumpla sus promesas de aceptar más refugiados, por considerar que el país ha sido responsabilizado excesivamente de coordinar rescates y aceptar a los migrantes para el proceso de asilo.
Italia dice que Malta debería aceptar al Aquarius porque es el puerto más seguro y más cercano. Malta dice que Italia coordinó el rescate y que no tuvo nada que ver con eso.
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El primer ministro maltés, Joseph Muscat, dijo que la negativa de Italia a permitir el atraque del buque podría “crear una situación peligrosa para todos los implicados”.
El enfrentamiento es la primera demostración de la política migratoria de la nueva coalición de gobierno italiana, formada por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte.
Salvini tuiteó el domingo que de ahora en adelante, “Italia comienza a decir NO al tráfico de seres humanos”.
Laurent, de SOS Mediterranee, reconoció la solidaridad de España pero dijo que no era suficiente dado que el tiempo y la logística están en contra.
“Necesitaríamos reabastecer en el mar, lo cual no es tan sencillo de organizar, por eso urgimos a Italia a hallar una solución muy cercana a nuestra posición”, dijo el funcionario en París.