Washington. Los reguladores estadounidenses aprobaron un detallado plan de inspección para permitir que los aviones Boeing 737 MAX vuelvan a volar, tras un aterrizaje de emergencia que los hizo permanecer en tierra desde inicios de enero, anunciaron el miércoles funcionarios de seguridad.
Poco después de que la Administración Federal de Aviación (FAA) anunciara los protocolos de inspección de los Boeing 737 MAX 9, United Airlines dijo que espera que los aviones inmovilizados vuelvan al servicio a partir del domingo.
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"Sólo devolveremos cada avión MAX 9 al servicio una vez que se haya completado este exhaustivo proceso de inspección", dijo un comunicado de Toby Enqvist, director de operaciones de United.
"Estamos preparando los aviones para volver al servicio programado a partir del domingo".
El anuncio de la FAA es un paso importante después de que la agencia dejara en tierra 171 aviones MAX 9 tras el incidente del 5 de enero en un avión de Alaska Airlines.
Los aviones 737 MAX inmovilizados tienen la misma configuración que el avión de Alaska Airlines que sufrió el desprendimiento de un panel del fuselaje, lo que expuso a los pasajeros al aire libre y obligó a un aterrizaje de emergencia.
Nadie resultó herido en el incidente, pero los inspectores de seguridad explicaron que pudo ser catastrófico.
Bajo el proceso de "mantenimiento mejorado" de la FAA, las aerolíneas realizarán una inspección de tuercas y accesorios específicos, inspecciones visuales detalladas de enchufes y componentes y abordarán "cualquier daño o condición anormal", dijo la FAA.
La inspección garantizará que las piezas "cumplan con el diseño original, que es seguro para operar", señaló la FAA.
"Este avión no operará hasta que se complete el proceso y se confirme la conformidad con el diseño original", añadió.
“Transparencia”
En un comunicado publicado más tarde el miércoles, Boeing se comprometió a "cooperar transparente y totalmente con la FAA y seguir sus directivas".
"También trabajaremos estrechamente con nuestras aerolíneas clientes mientras terminan con los procesos de inspección requeridos para regresar de manera segura sus 737-9 al servicio", agregó.
El último incidente del 737 MAX es el primero de importancia para la seguridad en vuelo en un avión Boeing desde los accidentes fatales del aparato en 2018 y 2019, que llevó a una inmovilización por casi dos años.
La FAA describió el incidente del 5 de enero como inaceptable y prometió un intenso programa de supervisión de Boeing y de sus operaciones.
La agencia no permitirá a Boeing aumentar la producción del MAX hasta que "estemos satisfechos de que los problemas de control de calidad durante este proceso están resueltos", según afirmó en un comunicado el miércoles, Mike Whitaker, administrador de la FAA.
Más temprano, Dave Calhoun, director ejecutivo del fabricante, compareció en el Capitolio sobre el episodio.
"Volamos aviones seguros", dijo Calhoun a la prensa antes de una reunión privada con el Comité de Comercio del Senado.
"Estoy aquí hoy con espíritu de transparencia para, número uno, reconocer la gravedad" de lo que ocurrió, y también para "contestar todas las preguntas" de los legisladores, "porque tienen muchas", declaró.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB, en inglés) revisará la documentación relacionada con la aeronave, incluyendo producción, manufactura y mantenimiento.
Además, un investigador de la NTSB volverá a Renton el viernes como parte de la elaboración de una "línea de tiempo desde las primeras etapas de producción del tapón de la puerta hasta el vuelo del accidente", informó un vocero.