Londres. El nuevo coronavirus ya se cobró más de 40.000 vidas en Europa, de ellos más de dos tercios en Italia, España y Francia, pero el Reino Unido batió su propio récord de decesos diarios y Estados Unidos presentó el peor dato, con casi 1.200 fallecidos en una jornada, una cifra que ningún país había alcanzado hasta la fecha.
En Estados Unidos, donde aún hay gobernadores que no han decretado medidas de confinamiento, la tensión crece.
Además de los 1.169 muertos registrados en una jornada, y de los casi 250.000 afectados, Washington tiene ante sí otro desafío que puede provocar una depresión económica: el desempleo.
En dos semanas, casi diez millones de estadounidenses pidieron subsidio de desempleo, y este viernes se informó que la tasa oficial subió del 3,5% al 4,4% en un mes, de febrero a marzo.
España, el segundo país por detrás de Italia en saldo de muertos, volvió a superar este viernes los 900 muertos, como la víspera, y ya se acerca a 11.000 decesos.
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Las autoridades sanitarias españoles insisten en que las hospitalizaciones y contagios siguen bajando.
En Alemania, las medidas de restricción también empiezan a surtir efecto, según el gobierno. Las cifras dan “esperanza” pero aún es “demasiado pronto” para suavizar las medidas, explicó la canciller, Angela Merkel.
Y si el coronavirus pone a prueba el sistema federal en Estados Unidos, en la UE se trata de la solidaridad entre países.
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, manifestó que la Unión Europea debería activar el fondo de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para apoyar a los Estados cuyas economías son las más afectadas por la crisis del coronavirus.
España y Italia presionan para que se emita deuda europea, los denominados "coronabonos", que Alemania y Holanda rechazan.
En Reino Unido, se registraron otros 684 muertos, batiendo su propio récord de decesos diarios, mientras el gobierno ultima la construcción de un gigantesco hospital de campaña con 4.000 camas. El primer ministro, Boris Johnson, que dio positivo, seguirá convaleciente una semana más, aunque lleva las riendas del gabinete.
La reina Isabel, de 93 años, se dirigirá a la nación el domingo, la cuarta vez que lo hace en sus 68 años de reinado.
Países en guerra
Paradójicamente, el nuevo coronavirus ha reducido los enfrentamientos en escenarios bélicos como Siria o Yemen.
No obstante, en esos países, ahora a causa del coronavirus, “lo peor está por llegar”, advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
En Libia, un país arrasado por la guerra civil, se registró el primer muerto por el covid-19. También se registró un caso en Beni, donde surgió la epidemia del ébola, en República Democrática del Congo.
“Hay una oportunidad para la paz, pero aún está lejos. La necesidad es urgente. La tormenta del covid-19 llega ahora a todos los escenarios de conflicto”, dijo el diplomático al presentar un informe sobre los avances logrados desde el 23 de marzo, cuando pidió altos el fuego en los países en guerra.
"El virus ha mostrado hasta qué punto puede cruzar rápidamente las fronteras, devastar países y transformar vidas. Lo peor está por llegar", declaró Guterres.
Según él, un “gran número de implicados en conflictos” se mostraron dispuestos a detener los enfrentamientos en “Camerún, en República Centroafricana, en Colombia, en Libia, en Birmania, en Filipinas, en Sudán del Sur, en Sudán, en Siria, en Ucrania y en Yemen”.
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Testimonios desgarradores
El coronavirus tiene a la mitad de la humanidad confinada, y los contagiados ya superaron el millón de casos. Pero detrás está el ejército invisible de los que no tienen síntomas, pero pueden contagiar la enfermedad.
La pandemia hace brotar testimonios desgarradores. En España, una madre infectada dio a luz y aún no ha podido tocar sin guantes a su bebé, del que estuvo separada físicamente diez días.
"Él te agarra el dedo, el pobre, y agarra el plástico, pero bueno, ya es un día menos, hay que pensarlo así porque sino te deprimes", describe Vanesa Muro.
En la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, la saturación de los servicios funerarios provocó que los muertos fueran transportados por las propias familias en automóviles privados o se quedaran durante horas en las casas.
Sin embargo, en la lucha diaria hay atisbos de esperanza. Los científicos experimentan con cócteles de medicamentos, hacen pruebas a gran escala.
Diana Berrent, de Nueva York, donó su plasma, que contiene valiosos anticuerpos. "Podemos ser quienes corran hacia el incendio, con el uniforme de protección que nuestro cuerpo ha creado. Es una ocasión increíble", explica este mujer de 45 años.
China, donde surgió el brote, mantendrá tres minutos de silencio el sábado como homenaje a los que perdieron la vida por esta pandemia.
En la ciudad de Wuhan la drástica cuarentena empezó a ser levantada: la circulación se reanuda y los comercios abren poco a poco sus puertas.
En Buenos Aires, los ancianos hacían largas filas ante los bancos, en el primer día de atención pública exclusivo desde que el 20 de marzo se decretó el aislamiento social obligatorio por el nuevo coronavirus.