Brema. Los astronautas europeos podrían pisar la Luna por primera vez en los próximos años gracias a la misión Artemis, pilotada por la NASA, y su nave Orión.
Por primera vez, Estados Unidos confió a la Agencia Espacial Europea (ESA) y al gigante aeroespacial Airbus la responsabilidad de un sistema fundamental para el éxito de una futura misión tripulada.
A cambio, los europeos tienen tres plazas garantizadas en los vuelos de la misión, probablemente a partir de 2027, aunque se está discutiendo la posibilidad de conseguir un billete antes.
El papel de los europeos es crucial. Proporcionan "la mitad de las naves espaciales que llevarán a los hombres a la Luna y, por supuesto, de vuelta a la Tierra sanos y salvos", afirmó Marc Steckling, responsable de exploración espacial de Airbus.
Primera mujer
Hay mucho en juego: el regreso del hombre a la Luna, unos 50 años después de la última misión Apolo.
La misión Artemis busca demostrar que la NASA y los europeos son capaces de competir con China y SpaceX, que tienen cada uno sus propios programas.
Los europeos empezaron a suministrar módulos de servicio (ESM) para las cápsulas Orión.
Estos módulos, cilindros de unos cuatro metros de diámetro y altura, compuestos por unas 22.000 piezas suministradas por diez países, se ensamblan en la sede de Airbus en Bremen, en el norte de Alemania.
Una vez terminado, el módulo será trasladado al Centro Espacial Kennedy de Florida.
Ya se entregó el módulo 2 y se están montando los tres siguientes.
"Estamos bien encaminados para cumplir el requisito de la NASA de entregar un ESM al año", afirmó Steckling, uno de los principales responsables del proyecto de 2.000 millones de euros.
Una primera misión Artemis --un vuelo alrededor de la Luna sin astronauta-- fue realizada con éxito a finales de 2022. La delicada entrada en la atmósfera a unos 40.000 km/h se desarrolló sin contratiempos.
Artemis 2 enviará astronautas en órbita alrededor de la Luna en 2024.
Artemis 3 debería tomar el relevo como muy pronto al año siguiente y permitir el alunizaje de dos astronautas, la primera mujer y el primer hombre de color, que sucederán a los 12 hombres que ya han pisado la Luna.
El papel del módulo europeo, colocado bajo la cápsula Orión, será crucial: proporcionará electricidad mediante cuatro paneles solares, agua, oxígeno y el control térmico indispensable para la vida de los astronautas.
El módulo también realizará maniobras orbitales e incluso podría utilizarse para transportar carga a la futura estación orbital lunar Gateway.
Competencia china
El objetivo final es poner en pie un ecosistema lunar para comprender y explorar mejor la Luna y, a más largo plazo, realizar misiones tripuladas a Marte.
"Hay muchas buenas razones para ir a la Luna", aunque el hombre ya pisó el único satélite natural de la Tierra hace décadas, afirmó David Parker, director de exploración de la ESA.
“La Luna es un libro de historia del que podemos aprender, gracias sobre todo al estudio de los meteoritos que allí se encuentran, cómo se formó la Tierra y cuál es su futuro”, dijo el astronauta alemán Alexander Gerst, que ya ha pasado dos periodos a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
"La Luna conserva la historia del sistema solar desde su creación y ha permanecido relativamente intacta, ya que no tiene atmósfera ni erosión", señaló Philippe Berthe, responsable de la coordinación del programa en la ESA.
La Luna también contiene recursos explotables, sobre todo en su polo sur, que, según Berthe, podría contener hielo de agua que podría utilizarse para fabricar combustible.
El los años sesenta la carrera espacial enfrentaba a Estados Unidos y la URSS. Hoy el gran rival es China.
Pekín prevé enviar humanos a la Luna en 2030, pero Estados Unidos y Europa no tienen intención de dejarle la vía libre.