París. En plenas vacaciones estivales y la imprudencia que las acompaña, Francia enfrenta un aumento de casos de contagio de covid-19 y no está exenta de un recrudecimiento descontrolado de la pandemia, advirtió el consejo científico que asesora al gobierno.
El mensaje es claro: El virus circula de manera más activa, por una caída acentuada de las medidas de distanciamiento”.
“El equilibrio es frágil y podemos pasar en cualquier momento hacia un escenario menos controlado, como en España, por ejemplo”, continuó este martes el Consejo sanitario para la gestión de covid-19.
Aunque el número de muertes permanece por ahora muy por debajo del que se registró en el auge de la pandemia en la primavera boreal, otras cifras presionan a las autoridades a hacer sonar la alarma.
El aumento del número de casos primero: en la semana del 20 al 26 de julio aumentó el 54% hasta 5.592 y se superó el umbral de 1.000 nuevos casos por día.
El número de pacientes con covid-19 ingresados en unidades de cuidados intensivos aumenta, quebrando la tendencia a la baja constatada desde principios de abril.
Según la Dirección General de Salud, 388 pacientes se encuentran en estado grave, frente a los más de 7.000 en el pico de la epidemia.
El coronavirus ha causado 30.296 muertos en Francia.
Mejor, precaución
¿Es inevitable el agravamiento de la epidemia? No es seguro, responde el consejo científico, que exhorta a los franceses a respetar las medidas de precaución.
En un mensaje, el martes, desde Toulon el presidente Emmanuel Macron, dijo: “Todavía estamos en periodo de covid-19 y, por lo tanto, es importante que sigamos respetando las medidas de barrera, usar mascarillas, lavarse las manos regularmente con gel hidroalcohólico, tomar precauciones”.
El día anterior, el primer ministro, Jean Castex, había hablado con el mismo sesgo: “No bajar la guardia”, para evitar “un recrudecimiento general”, que sería devastador para la economía, tras dos meses casi estancada.
Ante una situación que se degrada, las autoridades hacen hincapié en el uso de mascarillas.
Obligatorias en lugares cerrados desde el 20 de julio, cada vez más ciudades las imponen en el exterior.
Desde el miércoles en Toulouse será obligatoria en los barrios más frecuentados.
En París, la alcaldesa, Anne Hidalgo, pidió este martes que sea obligatorio su uso en algunos lugares públicos, como los muelles junto al Sena, los mercados al aire libre o en los alrededores de las estaciones, una medida que podría empezar a aplicarse “en las próximas 48 o 72 horas”.
Desde el lunes, es obligatoria al aire libre en muchas ciudades, como Niza (sureste), Lille (norte) o en las turísticas Biarritz o Saint-Malo (costa atlántica).
En Niza, inclusive se instalaron altavoces para hacer anuncios sobre las medidas impuestas.
Para el consejo científico, es “altamente probable que se produzca una segunda oleada epidémica en otoño o invierno”.
Sin embargo, otros piden que las cifras actuales se relativicen.
“La situación en Francia no justifica para nada decir que hay un empeoramiento”, señaló recientemente Yonathan Freund, profesor de medicina de emergencia en el hospital Pitié-Salpêtrière de París.
“Si hay 1.000 casos diarios es porque el virus está circulando, y esto es normal. La epidemia está siendo controlada, si nos supera, lo sabremos muy pronto”, agregó.