Florida. La NASA aplazó una vez más el lanzamiento de su nuevo cohete lunar este sábado, luego de que la agencia detectara una fuga de combustible pocas horas antes del despegue de la misión de prueba, que se espera que ponga en marcha el programa Artemis para devolver a los estadounidenses a la Luna.
El cohete SLS, de color naranja y blanco, que realizará su vuelo inaugural desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, es el más potente del mundo. El despegue estaba previsto para las 2:17 p. m. hora local. La agencia anunció que no intentará el lanzamiento en los próximos días, y pospuso aún sin fecha su partida.
Se presumía que el lanzamiento podía reprogramarse para el lunes o martes, no obstante, Jim Free, administrador asociado de la Nasa, confirmó en conferencia de prensa que el período de lanzamiento que termina el martes “no está en consideración”. La siguiente fecha más temprana sería el 19 de septiembre, debido a las posiciones de la Tierra y la Luna.
Fuga frustró segundo intento
Poco antes de las 6:00 a. m. hora local, la directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, dio el visto bueno para comenzar a llenar los tanques del cohete con su combustible criogénico: en total, unos tres millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos ultrafríos.
Más de una hora después, se detectó una fuga al pie del cohete, en la tubería por la que el hidrógeno fluye hacia el depósito. El flujo se detuvo mientras los equipos buscaban una solución. La NASA no indicó inmediatamente cómo este problema podía afectar al tiempo de lanzamiento, pero finalmente anunciaron de forma oficial el aplazamiento.
El lunes, un primer intento fue cancelado a último momento por problemas técnicos, especialmente con la refrigeración de los motores.
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El objetivo de esta misión no tripulada, bautizada Artemis 1, es verificar que la cápsula Orion situada en la parte superior del cohete es segura para el futuro envío de astronautas. Con esta misión, la NASA pretende renovar su compromiso con la exploración humana lejana, ya que la Luna está 1.000 veces más lejos que la Estación Espacial Internacional.
La NASA busca ahora establecer allí una presencia humana duradera, con el fin de convertirla en un trampolín para un viaje a Marte. Si todo sale como está previsto, dos minutos después del despegue los propulsores volverán a caer al Atlántico. Ocho minutos más tarde, el piso principal se separará y aproximadamente una hora y media después un último empujón desde el piso superior pondrá a la cápsula en camino a la Luna, a la que tardará varios días en llegar. Se espera que en total el viaje dure unas seis semanas.
Orión se aventurará hasta 64.000 kilómetros detrás de la Luna, más lejos que lo realizado por cualquier otra nave espacial habitable hasta el momento. El objetivo principal de la misión de Artemis 1 es probar el escudo térmico de la cápsula, el más grande jamás construido.
En su regreso a la atmósfera terrestre, deberá soportar una velocidad de 40.000 km/h y una temperatura equivalente a la mitad de la que se registra en la superficie del sol. La nave debería recorrer unos 2,1 millones de kilómetros hasta caer en el Océano Pacífico.
Si la misión resulta completamente exitosa sería un alivio para la NASA, que contaba originalmente con lanzar el SLS en 2017 y habrá invertido de aquí a 2025 más de 90.000 millones de dólares en su nuevo programa lunar, según lo establecido por una auditoría pública.
El nombre Artemis fue elegido para evocar a una figura femenina, hermana gemela del dios griego Apolo, y en contrapunto al programa espacial que con ese nombre llevó al hombre a la Luna. Apolo transportó a la superficie lunar, entre 1969 y 1972, solo a hombre blancos y ahora la NASA pretende que una primera mujer y una primera persona de color lleguen al satélite de la Tierra.
La próxima misión, Artemis 2, en 2024, transportará astronautas pero no alunizará. Ese honor será reservado para la tripulación de Artemis 3, que será lanzado no antes de 2025. Después, la NASA espera realizar aproximadamente una misión al año. El plan de la agencia estadounidense es construir una estación espacial en la órbita lunar, llamada Gateway, y una base en la superficie de la Luna.
La NASA aspira a probar allí las tecnologías necesarias para enviar a los primeros humanos a Marte: nuevos trajes, un vehículo para desplazarse o un posible uso del agua lunar, entre otros objetivos. Según el director de la agencia espacial, Bill Nelson, un viaje de ida y vuelta a Marte a bordo de Orión, que duraría varios años, podría ser intentado a fines de la década de 2030.