Londres. AFP. El histórico operador turístico británico Thomas Cook quebró abrutamente este lunes, lo que obligó a las autoridades a lanzar una operación sin precedentes para repatriar a sus 600.000 clientes abandonados en España, Cuba y otros destinos de vacaciones en el mundo.
La compañía pionera de los viajes turísticos, de 178 años de antigüedad, negoció intensamente durante todo el fin de semana en busca de una inyección de 200 millones de libras -unos 250 millones de dólares, 227 millones de euros- para evitar el colapso. Pero fracasó y este lunes tuvo que cerrar repentinamente.
"Un rescate no habría sido un buen uso del dinero de los contribuyentes, habríamos tenido que repatriar a la gente más adelante y habríamos perdido más dinero en el proceso", defendió este lunes una portavoz de Downing Street.
"Es un mercado muy competitivo y no es función del gobierno apoyar a las empresas cuando surge este tipo de problemas", agregó, asegurando que se investigará la responsabilidad de los directivos, que cobraron importantes primas mientras empeoraban los resultados del grupo.
El turoperador había visto decaer su negocio en los últimos años debido a la feroz competencia de las web de viajes y la reticencia de los turistas a viajar ante las incertidumbres que rodean al Brexit, retrasado ya dos veces este año.
Thomas Cook tiene unos 22.000 empleados en todo el mundo, 9.000 de ellos en el Reino Unido.
Bajo el apelativo "Operación Matterhorn", las autoridades comenzaron a organizar el retorno de 150.000 turistas británicos, en la mayor operación de repatriación realizada por el país en tiempos de paz. Se fletaron unos 40 aviones, con ayuda de varias compañías, y se preveía 1.000 vuelos en una operación que podría costar hasta 100 millones de libras.
Los aviones movilizados por la Autoridad Británica de Aviación Civil (CAA) empezaron a despegar desde el archipiélago español de las islas Baleares, donde había entre 25.000 y 30.000 clientes del grupo.
En el aeropuerto de Palma de Mallorca, agentes del gobierno británico ayudaban a los turistas desconcertados.
"Tenía que volar a las 10h30 esta mañana pero voy a salir a las 07h30 de la tarde", explicó a la AFP Donald, un turista inglés en la treintena que esperaba regresar a su hogar.
Caos en diversos lugares
En Túnez, los responsables de un hotel habían impedido el domingo partir a un grupo de turistas hasta "comprobar que el pago" de su estancia había sido realizado por Thomas Cook.
Otros temían no poder emprender siquiera su viaje. La británica Chloe Hardy explicó a la AFP que debía partir el jueves para casarse en Grecia el 2 de octubre, un viaje nupcial reservado desde hace más de un año para una treintena de amigos y familiares por casi 45.000 libras.
"No sabemos si podremos tomar el avión y menos casarnos como estaba previsto, estamos totalmente destrozados", afirmó.
Hay asimismo turistas británicos en Cuba, Turquía, Grecia y Túnez. Thomas Cook está también presente en Tailandia, China, Emiratos Árabes Unidos o las islas Maldivas. La empresa confirmó que, sumando todos los destinos y nacionalidades, tienen actualmente a unos 600.000 turistas de vacaciones por el mundo.
Unos 22.000 turistas actualmente en Grecia podrían regresar a sus hogares en los próximos tres días, informó por su parte el gobierno griego. Los otros países de la Unión Europea también deberían supervisar el regreso de sus ciudadanos, cubiertos por una directiva europea, ATOL, que protege los viajes pagados por adelantado.
Perteneciente al grupo Thomas Cook, la compañía aérea alemana Condor anunció que mantendrá sus vuelos pese a la quiebra y pidió un préstamo de urgencia al gobierno alemán.
Es un "momento muy preocupante para los empleados y los clientes de Thomas Cook. La mayor repatriación en tiempos de paz en el Reino Unido", tuiteó el ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
"A pesar de los enormes esfuerzos, las discusiones no se llegó a un acuerdo entre los accionistas y quienes proponían nuevo aporte de dinero", había anunciado la empresa en mitad de la noche. Por ello, "el directorio concluyó que no había otra opción que dar los primeros pasos para iniciar el proceso de liquidación con efecto inmediato", añadió.
Thomas Cook había presentado un plan de reestructuración en el que el conglomerado chino Fosun tomaría el control de sus actividades de turoperador, al tiempo que los acreedores (entre otros, los bancos RBS, Barclays y Lloyds) asumirían el de su compañía aérea.
Pero los 900 millones de libras (1.020 millones de euros, 1.120 millones de dólares) prometidos por las partes no eran suficientes y por eso la compañía necesitaba otros 200 millones de libras para continuar con sus actividades.