Londres. El gobierno de Boris Johnson fue fustigado el martes tras descubrirse que ignoró hace tres semanas el consejo de sus científicos de imponer un breve confinamiento para frenar los contagios de covid-19, cuya segunda ola se extiende ahora por el país.
La publicación del acta de una reunión del Grupo de Asesores Científicos para Emergencias (SAGE) dejó a la luz que este recomendó el 21 de setiembre aplicar un nuevo confinamiento de dos o tres semanas para “romper el circuito” de transmisiones.
También aconsejó aplicar "inmediatamente" medidas como cierre de bares y restaurantes, prohibición de recibir en casa a otras personas y realizar todos los cursos universitarios en línea.
En su lugar, Johnson esperó hasta el lunes para imponer un nuevo sistema de restricciones en tres niveles, de los cuales solo el más alto implicará cierres de negocios de comida. Este se aplica por ahora solo a la región de Liverpool, con 600 casos de covid-19 por 100.000 habitantes.
"No tengo confianza, ni nadie tiene confianza, en que las medidas para el nivel tres (...) sean suficientes para controlar" el virus, ya advirtió el principal consejero médico de Inglaterra, Chris Whitty, al comparecer en rueda de prensa conjunta con el primer ministro.
Esto encendió una alerta que el martes se disparó.
“El gobierno no tiene un plan creíble para frenar las infecciones, ha perdido el control del virus y ya no sigue los consejos científicos (...) como demuestra el acta de SAGE”, aseveró el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer.
La covid-19 contraataca
La disparada de los contagios es especialmente elevada en el norte de Inglaterra, pero también se empieza a notar en Londres. Y su alcalde, el también laborista Sadiq Khan, consideró el martes “inevitable” que la capital, actualmente en el nivel más bajo de restricciones, pase “en los próximos días” al siguiente escalón, por el que se prohíbe mezclarse entre hogares.
Con el mayor número de muertos por covid-19 de Europa, más de 43.000 hasta el martes, el Reino Unido se esfuerza por evitar un segundo confinamiento de catastróficas consecuencias económicas tras la histórica recesión provocada por el primero.
"El primer ministro tiene que encontrar un equilibrio protegiendo la vida de las personas (...) al tiempo que preserva cosas que nos importan como la educación, mantener el mayor número de empleos posibles y garantizar que otros riesgos para la salud, como la salud psicológica y otras enfermedades no se descuiden como resultado" de un segundo confinamiento, justificó el ministro de Comunidades Locales, Robert Jenrick, en la BBC.
El gobierno “toma decisiones guiadas por la ciencia, teniendo en cuenta todas las diferentes consideraciones”, sostuvo el ministro de Sanidad, Matt Hancock, ante los diputados que el martes por la noche debían votar las nuevas medidas.
Por su parte, algunos parlamentarios del Partido Conservador de Johnson criticaron las restricciones impuestas con el nuevo sistema en tres niveles por considerarlas demasiado duras.