Ciudad de Guatemala. El Gobierno de Guatemala alertó el viernes de la formación de una nueva caravana de migrantes hondureños rumbo a Estados Unidos, a pesar de que el último éxodo fue reprimido en suelo guatemalteco y que autoridades de la región anunciaron el cierre de las fronteras a los flujos masivos.
Alejandra Mena, vocera del Instituto Guatemalteco de Migración, dijo a periodistas que cuentan con “información” de un “eventual ingreso de un grupo masivo de personas” para los próximos días integrado por migrantes de Honduras y algunos de El Salvador, aunque no se ha precisado una fecha.
El contingente podría ingresar por El Florido y Agua Caliente, pasos fronterizos de Guatemala con Honduras en el este, por lo que se “sostiene comunicación con autoridades migratorias hondureñas para atenderla de manera integral”, indicó Mena.
Agregó que representantes de instituciones de seguridad y salud de Guatemala se reunieron el viernes para “intercambiar información y exponer las lecciones aprendidas” de las caravanas anteriores.
A mediados de enero, policías y soldados guatemaltecos disolvieron por la fuerza una caravana con miles de migrantes hondureños, entre ellos cientos de niños, que irrumpieron en la frontera sin presentar documentos ni prueba negativa de covid-19, exigidas por el gobierno.
Los cuerpos de seguridad actuaron con base en un decreto del presidente Alejandro Giammattei, que ordenaba frenar su avance por los riesgos de la pandemia del nuevo coronavirus que ha dejado en los últimos 11 meses en Guatemala más de 166.200 casos y 6.000 muertos.
Unas 7.000 personas ingresaron en ese último contingente y la mayoría fueron devueltas a Honduras, según datos oficiales de Guatemala, que fustigó a su país vecino por no evitar su salida.
Una semana después de que los migrantes fueron repelidos, incluso a garrotazos, por los uniformados, diplomáticos de Estados Unidos, México y Guatemala advirtieron de que las fronteras serían cerradas para el paso de otras caravanas.
Desde octubre del 2018, la migración ilegal a Estados Unidos desde Centroamérica dio un giro con la salida de caravanas de miles de personas, principalmente desde el norte de Honduras.
Los miembros de la última caravana aseguraron que huían de la pobreza, la violencia y de la crisis dejada por el paso de dos huracanes en noviembre y que marchaban esperanzados en una flexibilización de las condiciones migratorias con la llegada de Joe Biden al poder en Estados Unidos.