Madrid. Tras el día más mortífero desde el comienzo de la epidemia en España, con casi medio millar de fallecidos, las autoridades confiaban este lunes en acercarse al pico de contagios y descartaron restringir aún más los movimientos para frenar al nuevo coronavirus.
El gobierno del socialista Pedro Sánchez se dispone a prorrogar dos semanas más, hasta el 11 de abril, el confinamiento casi total de sus 46,6 millones de habitantes, de quienes alaba su comportamiento, y espera poder doblegar así a un virus que no deja de cobrarse vidas.
En las últimas 24 horas, fallecieron 462 personas, elevando el balance de víctimas hasta los 2.182 muertos, el doble que hace tres días, según las cifras divulgadas por el Ministerio de Sanidad.
Casi un 60% de los decesos se concentran en la región de Madrid, la más impactada por la epidemia, que ante la saturación de sus servicios funerarios decidió habilitar como morgue la pista de hielo de un centro comercial de la capital.
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Los contagios también van en aumento, aunque más moderado. En el último balance pasaron de 28.572 a 33.089, consolidando España como el segundo país más castigado de Europa por detrás de Italia.
"Parece que se va suavizando progresivamente el incremento de casos que observamos cada día. Sin embargo, todavía no tenemos certeza de haber llegado al pico", dijo el director de emergencias sanitarias Fernando Simón, esperando alcanzar este punto esta semana.
Sin embargo, “llegar al pico significa que tenemos que redoblar los esfuerzos” puesto que provocará mayor presión en los hospitales, cuando los nuevos pacientes se unan a los que todavía están en tratamiento, advirtió.
Ancianos muertos en sus residencias
Si bien el número de curados ascendió este lunes a 3.355 personas, todavía hay 2.355 pacientes en unidades de cuidados intensivos, lo que supone la mitad de las camas de este tipo del país.
También preocupa la situación de las residencias de ancianos, tan azotadas por la epidemia que requirieron del auxilio del ejército. En algunas, los militares encontraron "a mayores absolutamente abandonados, cuando no muertos en sus camas", dijo la ministra de Defensa Margarita Robles.
“Los días más duros están por llegar", repiten sin cesar desde el gobierno, que se movilizó para evitar el colapso del sistema sanitario, diezmado por el contagio de casi 4.000 profesionales.
Se han comprado millones de mascarillas y cientos de miles de tests de detección, se contrataron más de 50.000 sanitarios contando con estudiantes y personal jubilado y se habilitó un hospital de campaña en Madrid con 1.300 camas ampliables hasta 5.500.
También el sector industrial se implica en combatir la epidemia, con empresas como las perfumerías Puig, la astillera Navantia o la aeronáutica Airbus, entre otras, sustituyendo su producción habitual por la fabricación de mascarillas, respiradores o geles hidroalcohólicos.
"Toda la actividad económica se está orientando a aquellos ámbitos que son prioritarios", indicó la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Descartan más restricciones
"Contamos con (...) un gigantesco equipo de 47 millones de ciudadanos, que están dando una lección de coraje y disciplina", celebró el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Escuelas, locales de ocio y restauración y los comercios no imprescindibles están cerrados en todo el país. Sus habitantes solo pueden salir de casa para trabajar o realizar actividades básicas como comprar comida o pasear al perro.
Aunque la Policía denunció 50.000 personas y practicó 477 detenciones por incumplirlo, el seguimiento es generalizado. Calles, plazas y parques están casi desiertos y la movilidad cayó un 85-90% según datos gubernamentales.
Algunas regiones como Cataluña, Andalucía y Murcia, y también el colegio de médicos, reclaman un confinamiento total, prohibiendo el trabajo presencial salvo en sectores básicos como hace Italia desde este lunes.
"Prefiero que pequemos en exceso, con una pandemia de estas características es mejor prevenir que tener que curar", dijo el líder conservador, Pablo Casado, cuyo Partido Popular gobierna Andalucía y Murcia.
Para el Ejecutivo, basta con mantener el cumplimiento de las medidas actuales.
“Es difícil entender en qué consisten exactamente estas solicitudes cuando ya tenemos una actividad económica muy ralentizada”, argumentó Calviño, subrayando que sectores como el textil, el químico, el farmacéutico o los transportes son indispensables para el funcionamiento de un hospital.