Texto original publicado por La Nación el 15 de mayo de 1971.
El ejército anunció ayer que 37 miembros de la guardia presidencial hondureña murieron y otros 40 se encuentran en grave estado tras el envenenamiento sufrido con una comida que había sido rociada con un insecticida de origen alemán.
El presidente Oswaldo López Arellano ordenó una investigación inmediata del caso.
Las víctimas fueron identificadas como reclutas de 18 a 21 años de edad que cumplían en la guardia los dos años de servicio militar obligatorio en Honduras.
El anuncio oficial precisó que las muertes ocurrieron durante los últimos cuatro días, atribuyéndolas a un poderoso insecticida denominado Pallatian, elaborado en Alemania Occidental por la Bayer Chemical Corp.
Las autoridades informaron que el insecticida había sido rociado en los terrenos de la base de Marcala, en el estado de La Paz, cerca de la frontera con El Salvador.
La guardia presidencial, que realizaba maniobras en dicha base comió alimentos que habían recibido parte del insecticida, según la información.
Cinco médicos del ejército norteamericano llegaron especialmente para tratar a los intoxicados en un vuelo especial desde el comando meridional de los Estados Unidos en la zona del Canal de Panamá.
En otras noticias:
Detectives estuvieron a punto de morir
Los detectives Miranda Castro y Miranda Santamaría, ambos de la Dirección General de Detectives, estuvieron a punto de morir acribillados a tiros ayer a las 4:15 p. m. en un tugurio al sur de la ciudadela Rodrigo Facio, en Ipís de Goicoechea.
Contra ellos disparó un peligroso antisocial de apellido Quesada, quien se atrincheró en un cuartucho de la casa, fuera de los linderos de la ciudadela del INVU en ese lugar, cuando vio que los agentes -que seguían al delincuente desde hace varias semanas- se acercaban a su casa.
Los agentes se dieron cuenta en el acto de que la situación era peligrosa.
Atacantes de taxista cayeron en poder de las autoridades
Tres antisociales de apellidos Murillo, Delgado y Arguedas, fueron detenidos arma en mano por el patrullero Rodrigo Corrales, quien acudió en auxilio del taxista Froilán Gamboa Amador, atacado por los maleantes cerca de Pavas, a las 2:30 a. m.
Uno de los asaltantes tenían en su poder una arma del calibre 22 con la que encañonó al taxista, al tiempo que le exigía la entrega de todo lo que hubiera recaudado por servicios.
En eso apareció el patrullero, quien se dio cuenta de que algo extraño ocurría en el interior del vehículo.