Luisiana. El huracán Zeta impactó este miércoles el sur de Estados Unidos, llevando vientos de hasta 175 km/h y grandes olas a Luisiana, un estado repetidamente golpeado durante la intensa temporada de tormentas.
Zeta, que se había convertido en huracán de categoría 2 (en una escala de 5), se fortaleció y se movió hacia un territorio remoto cerca de Cocodrie en el sureste de Luisiana, el miércoles por la tarde. Se esperaba que pasara después por el área de Nueva Orleans antes de moverse a la costa de Misisipi.
El Centro Nacional de Huracanes emitió una alerta que incluía Nueva Orleans, y avisó de que una “marejada ciclónica [inundaciones] con potencial mortal y fuertes vientos se esperan en partes del norte de la Costa de Golfo”.
“Esto no es un simulacro”, dijo la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, advirtiendo de que se esperaba que el huracán pronto “impacte la ciudad de Nueva Orleans”.
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Las autoridades urgieron a los residentes a que evacuen las áreas vulnerables o almacenen material de emergencia o comida, agua y medicación para, al menos, tres días.
Algunas zonas costeras se encontraban bajo orden obligatoria de evacuación, aunque ni Nueva Orleans ni su área periférica estaban entre ellas.
El presidente de Estado Unidos, Donald Trump, aprobó la declaración del estado de emergencia para Luisiana el martes por la noche, permitiendo que se liberen recursos federales, anunció la Casa Blanca.
Zeta impactó Luisiana a seis días de las elecciones presidenciales, aunque no se esperaba que afectara su desarrollo, puesto que el voto anticipado ya ha finalizado en este estado.
Protección
A medida que las primeras lluvias y vientos comenzaron, los residentes de Nueva Orleans se apresuraron a prepararse, asegurando sus ventanas, moviendo vehículos y barcos hacia tierras altas y, en algunos casos, apilando sacos de arena para protegerse de potenciales inundaciones.
Esta es la quinta gran tormenta que golpea Luisiana este año.
El área de Nueva Orleans ha tenido que estar repetidamente en guardia, aunque todavía no ha sido fuertemente impactada, ya que la peor parte se la llevaron ciudades como Lake Charles, unos 320 kilómetros al oeste, cerca de la frontera con Texas.
Esta vez, sin embargo, las autoridades locales urgieron a no confiarse, debido especialmente al riesgo de vientos peligrosos y a los daños y cortes eléctricos que pueden acompañarlos.
Las inundaciones parecían una amenaza menor en esta ocasión para esta ciudad de tierras bajas, ya que la tormenta se está moviendo muy rápido, a unas 20 millas por hora.
Pese a ello, se estaban cerrando las compuertas de la ciudad y los operadores de bombas que pueden tener dificultades para impedir que el agua llegue a las calles ante una fuerte lluvia estaban listos.
A Annie Quattlebaum, una bióloga de 39 años, y su grupo de amigos llegados de Denver la tormenta les dejó varados en Nueva Orleans cuando visitaban la ciudad, ya que su vuelo quedó cancelado por el tiempo.
El grupo recorría este miércoles el icónico Barrio Francés, extrañamente desierto, en busca de una tienda abierta para comprar bebidas y comida para refugiarse en su hotel a pasar la noche.
“Nos dijeron amigos que conocen la zona y el tiempo que tengamos comida y nuestro teléfono cargado”, contó Quattlebaum portando su mascarilla.
“No vamos a hacer nada estúpido. Solo vamos a resguardarnos mientras pasa”.
‘Pobre gente’
A orillas del Lago Catherine, en el lejano extremo noreste de la ciudad donde muchos locales tienen sus casas de fin de semana y operan barcos de pescadores, los barcos estaban alineados en las zonas altas de las carreteras.
En Island Marina, Geoff Wallace, guardaba madera y otros materiales que usaba en un proyecto de construcción para evitar que salieran volando convirtiéndose en misiles.
“Esto es parte de lo que es vivir aquí”, afirmó mientras el cielo se ensombrecía. “Esta pobre gente”, lamentó sobre los propietarios de barcos, “han tenido que pasar por esto cuatro o cinco veces este año. Es agotador”.
Nueva Orleans sigue traumatizada por el Huracán Katrina, que inundó el 80% de la ciudad y dejó más de 1.800 muertos hace 15 años.
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Las defensas contra los huracanes han mejorado mucho desde entonces, pero no han sido verdaderamente testadas en el área urbana.
El huracán Zeta, que se había formado sobre el mar Caribe, tocó tierra el lunes por la noche en las cercanías de Ciudad Chemuyil, en el estado mexicano de Quintano Roo.
Su paso no dejó víctimas, según su gobernador.
La temporada de huracanes, que aún no ha terminado, está siendo particularmente intensa este año. Debido a que se acabó la lista de nombres previstos, los meteorólogos comenzaron a identificarlos con el alfabeto griego.