Londres. Con los hospitales al borde de la saturación, Inglaterra reforzó el lunes sus medidas contra la pandemia de covid-19, mientras China lanzó pruebas masivas de detección de coronavirus en una ciudad portuaria de nueve millones de habitantes.
Ante el preocupante resurgimiento de los contagios, sobre todo en el noroeste, el gobierno británico decidió cerrar los pubs de Liverpool y reactivar tres hospitales que se instalaron bajo carpas durante la primavera boreal y que desde entonces habían quedado inactivos.
El primer ministro Boris Johnson presentó además un nuevo sistema de alerta que regirá a partir del miércoles, con zonas de riesgo "medio", "alto" y "muy alto", con el objetivo de aportar transparencia y uniformidad al actual mosaico de restricciones para Inglaterra. El resto del Reino Unido tiene potestad para aplicar sus propios protocolos.
"No es así como queremos vivir, pero es el estrecho camino que tenemos que trazar entre el daño socioeconómico del confinamiento general y el costo económico de una epidemia fuera de control", explicó el primer ministro conservador.
El número de personas hospitalizadas con covid-19 en Inglaterra es mayor ahora que cuando se ordenó el confinamiento a finales de marzo. En las zonas más afectadas, las operaciones de hospitales que no están directamente a cargo de la epidemia ya están a verse afectadas.
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El número de muertos por coronavirus en Reino Unido es de más de 42.800, el peor de Europa. A nivel mundial, más de 37 millones de personas han sido infectadas y al menos 1,07 millones han muerto, según un conteo de AFP basado en cifras oficiales.
A diferencia de muchas partes del mundo, donde todavía hay confinamientos y un elevado número de casos, el virus está en gran medida controlado en China, donde surgió por primera vez en diciembre del año pasado.
Pero en la ciudad portuaria de Qingdao, de 9,4 millones de habitantes y situada en el noreste de China, se confirmaron seis casos de covid-19 el domingo, lo que llevó a las autoridades a anunciar los primeros tests masivos en meses.
Según las autoridades sanitarias locales, todas las personas contagiadas parecen tener un vínculo con un hospital de la ciudad que trata a pacientes de coronavirus. Pero el origen de la infección no se conoce hasta el momento.
China tiene gran capacidad para hacer pruebas rápidas y, hasta el mediodía del lunes la comisión de salud informó de que más de 277.000 personas ya habían sido examinadas en Qingdao, con nueve resultados positivos.
La economía del país vuelve a crecer, gracias a las pruebas rápidas y a los confinamientos que han logrado contener la segunda ola del virus.
Alerta máxima
En Francia, dos ciudades importantes, Toulouse y Montpellier, en el sur, serán puestas en “alerta máxima” a partir del martes.
El país se encuentra “en una segunda ola fuerte” de la epidemia y “no pueden relajarse más” las medidas, expresó el lunes el primer ministro Jean Castex, sin excluir confinamientos localizados de ser necesario.
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"Un confinamiento general", cuyas "consecuencias son absolutamente dramáticas (...) debe ser evitado a toda costa", subrayó.
Los nuevos contagios (más de 16.000 en las últimas 24 horas) siguen aumentando, así como las admisiones en las unidades de cuidados intensivos (1.483 pacientes el domingo, un récord desde mayo).
En España, dos regiones del norte, Cataluña y Navarra, anunciaron el domingo nuevas medidas para atajar los contagios, mientras Madrid, la capital, es una de las ciudades europeas con mayor incidencia de covid-19.
Por su parte, América Latina, la región más afectada del mundo por la pandemia, superó ya los 10 millones de casos y Brasil rebasó las 150.000 muertes por coronavirus.
Ante una pandemia de esta magnitud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera inconcebible permitir que el virus circule libremente en la sociedad para que la población pueda, como algunos han sugerido, desarrollar una inmunidad colectiva.
"Nunca en la historia de la salud pública se ha utilizado la inmunidad de grupo como estrategia para responder a una epidemia, y mucho menos a una pandemia. Es científica y éticamente problemático", dijo el director de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“No es una opción”, insistió.