Roma. Una cinta amarilla de la Policía cierra la entrada de un edificio de Roma, la capital de uno de los países más castigados por el coronavirus y que ahora teme nuevos brotes.
La pandemia dejó en Italia más 34.000 muertos, y dos recientes focos de la enfermedad en Roma, con un centenar de casos, han disparado de nuevo las alarmas.
Uno de ellos apareció en un edificio ocupado ilegalmente en Garbatella, un barrio popular del sur de la capital.
Hasta ahora se registraron aquí nueve casos, incluyendo una familia de Perú y cuatro personas que estuvieron en contacto con ella, según las autoridades sanitarias, que apuntan a que la situación está "bajo control".
“Todos los casos positivos fueron trasladados y sus contactos identificados y sometidos a test”, dijo la unidad de crisis regional covid-19.
Desinfección ‘non-stop’
Si no fuera por el precinto amarillo y los dos coches de la Policía en la entrada, nada indicaría la presencia de un brote en el edificio de este barrio tranquilo.
El domingo por la mañana los clientes de un supermercado cercano hacen tranquilamente sus compras y se ven a personas paseando al perro o vaciando la basura como un día cualquiera.
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Los policías y los habitantes llevan todos mascarillas y solo la presencia de periodistas delata que algo pasa.
"Los ocupantes que quedan están confinados en el edificio. Tienen prohibido salir, solo hasta unos metros más allá del estacionamiento, para tomar el aire. La Cruz Roja les lleva comida", explica uno de los policías.
La entrada del edificio rectangular de ladrillos ocres, construido en los años 1970 y típico de los barrios alejados del centro histórico de Roma, está cubierta por un andamio de chapa.
Los postigos están cerrados en algunas de las siete plantas. Aunque no se ve desde fuera, el edificio es insalubre y está ocupado ilegalmente, con el apoyo de una asociación.
“Sus habitantes son suramericanos, italianos, gente que trabaja, sobre todo familias”, dice Ion, quien labora en el supermercado cercano.
"La situación es un poco particular ahí dentro porque los sanitarios son comunes", explica.
"Hace más de tres meses que el virus circula en Italia. Por eso no nos preocupa mucho, es un caso como otro", asegura Ion.
Según Raffaele, de 77 años, que vive en un edificio cercano, “es un edificio ocupado desde el 2013, donde hay movimiento permanente, de gente que viene de todo el mundo”.
“No hay absolutamente ningún control”, lamenta este jubilado que lleva mascarilla y gafas de sol.
Vigilancia
El segundo foco de coronavirus en Roma, numéricamente más importante con 104 casos y cinco fallecidos, está situado en el hospital San Raffaele Pisana, en las afueras oeste de Roma.
Dos vehículos del Ejército controlaban la entrada este domingo, pero la situación parece normal.
Las autoridades sanitarias regionales están llevando a cabo una investigación epidemiológica y aseguran que la vigilancia "sigue siendo muy grande".
La aparición de estos dos focos de covid-19 en Roma preocupa, pese a que la enfermedad parece estar controlada.
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Lombardía, la región del norte que fue el epicentro en Italia, empezó el desconfinamiento a principios de mayo y poco a poco recupera la normalidad.
"Nadie se hacía ilusiones pensando que los problemas se habían acabado", dijo a la prensa local Ranieri Guerra, director adjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Esto significa que el virus no perdió su contagiosidad, no se debilita (...) circula menos, pero está ahí", dice este especialista en infecciones italiano.
“Estos micro-focos eran inevitables pero están limitados en el tiempo y en el espacio. Y hoy tenemos los instrumentos para interceptarlos y delimitarlos”, aseguró.