Bangkok. La joven saudí de 18 años que desea solicitar asilo político, detenida el domingo en el aeropuerto de Bangkok, fue autorizada este lunes por la noche a dejar el aeropuerto con representantes del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur).
Ella “dejó el aeropuerto con la Acnur, que definirá su caso dentro de cinco días", declaró en una conferencia de prensa el jefe de la policía de inmigración tailandesa, Surachate Hakparn.
La Policía tailandesa había indicado el lunes que la joven saudí no sería expulsada en contra de su voluntad.
"Si no quiere irse no será expulsada en contra de su voluntad", declaró el jefe de la Policía Surachate Hakparn en una conferencia de prensa.
La joven, Rahaf Mohamed Al-Qunun, se reunió el lunes, a su pedido, con representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La saudí, que estaba pendiente de expulsión, se había atrincherado el lunes en su habitación de hotel, exigiendo reunirse con representantes del Acnur.
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Poco antes, un tribunal penal de Bangkok había rechazado un recurso presentado por una abogada especialista en derechos humanos para impedir su expulsión.
No obstante, ante la presión internacional, Tailandia decidió no enviarla a su país.
La joven planea pedir asilo a Australia para el que, asegura, tiene una visa.
Sídney contactó a la Acnur y a las autoridades tailandesas para "obtener garantías" de que pueda acceder al proceso de obtención del estatuto de refugiado, indicó un portavoz del gobierno australiano.
La Acnur declaró por su lado que, conforme al principio de non refoulement, los solicitantes de asilo no pueden ser reenviados a su país de origen si su vida está amenazada.
Rahaf Mohammed al-Qunun afirma que sufrió violencia física y psicológica de parte de su familia y teme por su vida si regresa a su país.
Hey I'm Rahaf. My father just arrived as I heard witch worried and scared me a lot and I want to go to another country that I seek asylum in
— Rahaf Mohammed رهف محمد (@rahaf84427714) January 7, 2019
But at least I feel save now under UNHCR protection with the agreement of Thailand authorities. And I finally got my passport back🙏🏻❤️ pic.twitter.com/pQER7HDVi7
La joven debía ser expulsada el lunes hacia Arabia Saudí vía un vuelo por Kuwait que despegó de Bangkok.
Pero "el vuelo partió finalmente sin ella ya que se encerró en la habitación de un hotel del aeropuerto", indicó a AFP Phil Robertson, representante de Human Rights Watch (HRW) en Asia.
El incidente toma especial importancia tras el asesinato reciente en el consulado saudita en Turquía del periodista Jamal Khashoggi y se lanzó una petición en change.org para defender su causa.
"Insto a todas las personas que se encuentren en zona de tránsito en Bangkok a manifestarse contra mi expulsión", escribió el lunes la joven en su cuenta de Twitter.
"No dejaré mi habitación hasta que vea a alguien de la Acnur" la Agencia de la ONU para los Refugiados, escribió.
Rahaf Mohammed Al-Qunun explicó haber sido detenida por responsables sauditas y kuwaitíes al llegar al aeropuerto de Bangkok, agregando que le confiscaron el pasaporte a la fuerza.
Sin embargo, la embajada saudí negó que sus representantes hubieran estado presentes dentro de la terminal, agregando en Twitter “estar en contacto constante con la familia de la joven”.
La joven saudí, de 18 años, acusa a su familia de haberla encerrado en una habitación durante seis meses simplemente por haberse cortado el cabello.
El servicio de inmigración tailandesa asegura, por su parte, que trataba de escapar de un matrimonio de conveniencia.
En un video publicado en Twitter muestra cómo se ha atrincherado con ayuda de una mesa colocada contra la puerta de su habitación de un hotel del aeropuerto.
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“Estoy segura al 100% de que me matarán desde el momento en que salga de una prisión saudí”, declaró a la AFP.
"También indicó que quería renunciar al islam. Si se la obliga a regresar a su país las consecuencias podrían ser dramáticas", subrayó el responsable de HRW, estimando que se estaba convirtiendo en un "símbolo de resistencia".
En abril del 2017, la suerte de otra saudí, Dina Ali Lasloum, de 24 años y detenida cuando transitaba por Filipinas en dirección a Sídney, despertó la preocupación de Human Right Watch (HRW). La joven quería escapar a un matrimonio forzoso, según HRW.
La embajada saudí en Manila presentó el incidente como un asunto de familia y afirmó que la joven había “vuelto con su familia a su país”.
Un país restrictivo
En Arabia Saudí las mujeres están sometidas a numerosas restricciones. Se las obliga a estar bajo la tutela de un hombre (padre, marido u otro, según el caso) que ejerce sobre ellas una autoridad arbitraria y toma las decisiones importantes en su lugar.
Una mujer juzgada por haber cometido un crimen "moral" puede ser castigada violentamente por su familia, incluyendo su ejecución en el caso de lo que se denomina un "crimen de honor".
Sin embargo, el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, impulsa una campaña de reformas económicas y sociales en el reino conservador.
Recientemente, una nueva ley que entró en vigor estableció que los tribunales saudíes informarán a las mujeres por mensaje de texto sobre su divorcio. La medida pretende frenar los casos considerablemente extendidos de hombres que ponen fin a su matrimonio sin decírselo a sus esposas.
En junio, las saudíes celebraron que podían conducir por primera vez en décadas. El reino también permitió la entrada de mujeres a los estadios deportivos, donde antes solo podían acudir los hombres, y quiere impulsar una mayor participación de éstas en el mercado de trabajo, en un intento para diversificar su economía dependiente del petróleo.
No obstante, a pesar de estas reformas, se ha producido una ola de detenciones de mujeres activistas en los últimos meses en Arabia Saudí, y se intensifica la represión de disidentes.