Santiago. La Justicia chilena incautó este miércoles archivos eclesiásticos en las oficinas de la Iglesia católica en Santiago y la ciudad de Rancagua, en busca de antecedentes tras las denuncias de abuso sexual a menores.
La acción judicial -de carácter sorpresivo, de acuerdo con la Iglesia- tiene lugar en momentos que visitan Chile el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y monseñor Jordi Bertomeu, enviados por el papa Francisco para escuchar testimonios de víctimas de abusos sexuales.
“Se trata de diligencias simultáneas tanto en Santiago como en Rancagua”, confirmó el fiscal regional, Emiliano Arias, quien se declaró “satisfecho con el resultado de la diligencia”.
Indicó que la diligencia de este miércoles constituye un “hito” fundamental en el marco de una investigación mayor a miembros de la Iglesia católica que han cometido delitos contra menores, pero aclaró que esta “no es una investigación en contra de la Iglesia católica” en su conjunto.
Una de las más relevantes tiene lugar en Rancagua (80 km al sur de Santiago), donde recientemente fueron suspendidos 14 sacerdotes.
La tarde de este miércoles, el fiscal nacional, Jorge Abott, y otros tres fiscales se reunirán con Scicluna. “Es un encuentro de cortesía. Es muy importante dar una seria señal de voluntad de colaborar”, afirmó el enviado del Pontífice en una rueda de prensa.
“Debemos, como Iglesia, colaborar con la Justicia civil. El abuso de menores no es sólo un delito canónico, también un delito civil”, agregó el enviado del Vaticano tras participar en una jornada formativa, organizada por el Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas, en que la que acordó agilizar las investigaciones de abusos.
La visita de Scicluna y Bertomeu se da en medio de una fuerte reestructuración de la Iglesia católica chilena tras las denuncias de abusos decretada por el propio papa Francisco.
La nueva misión papal -en febrero ambos ya estuvieron en Chile escuchando el testimonio de víctimas- busca “ser un signo de la cercanía del Papa con el pueblo y la Iglesia en Chile”, junto con “prestar una ayuda técnica y jurídica concreta” para dar respuestas adecuadas a cada caso de abuso sexual de menores cometido por clérigos o religiosos, declaró Scicluna.
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El lunes, antes de que Scicluna arribara a Chile, el Pontífice aceptó la renuncia de tres obispos chilenos, entre ellos el de la ciudad de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos a menores en la décadas de los 80 y 90 por el influyente sacerdote Fernando Karadima, condenado por el Vaticano en el 2011.
Pese a las denuncias en su contra, Barros fue nombrado obispo por el papa Francisco en 2015, despertando una fuerte división entre los feligreses de Osorno, hasta donde el jueves viajarán Scicluna y Bertomeu, en un intento de reconciliar a los fieles.