Pekín. El lanzamiento este martes a la Luna de la sonda Chang’e 5, encargada de recoger muestras de rocas del satélite, es un paso más en la conquista espacial de China, iniciada hace 60 años por Mao y que apunta ahora a Marte.
China invierte miles de millones de dólares en su programa espacial, para intentar ponerse al nivel de Europa, Estados Unidos y Rusia.
Entre sus proyectos más ambiciosos está posar un robot teledirigido en Marte el año próximo, construir una gran estación espacial de aquí al 2022 y enviar astronautas a la Luna hacia el 2030.
Estas son las principales etapas de la conquista espacial china:
El llamado de Mao
En 1957, la Unión Soviética colocó en órbita terrestre el primer satélite fabricado por el hombre, Sputnik. El fundador de la República Popular China, Mao Zedong, lanzó entonces un llamado a sus ciudadanos: “¡Nosotros también fabricaremos satélites!”.
La primera etapa se concretó en 1970. China disparó su primer satélite con la ayuda del cohete Larga Marcha, un nombre que recuerda el periplo del ejército rojo que permitió a Mao afirmarse como líder del Partido Comunista Chino.
Pero hubo que esperar hasta el 2003 para que el gigante asiático enviara al primer chino al espacio, el astronauta Yang Liwei, quien da la vuelta a la Tierra 14 veces en 21 horas.
Con este vuelo, China se convirtió en el tercer país, luego de la Unión Soviética y Estados Unidos, en enviar por sus propios medios un ser humano al espacio. Desde entonces, lleva a cabo de manera regular misiones espaciales tripuladas.
Módulos y conejo
China ya había descartado de manera deliberada participar en el Estación Espacial Internacional (EEI), que asocia a estadounidenses, rusos, europeos, japoneses y canadienses. Su intención es construir una propia.
Para lograrlo, lanzó primero un pequeño modulo espacial, Tiangong-1 (Palacio Celeste 1), colocado en órbita en setiembre del 2011. Fue utilizado para el entrenamiento de astronautas y para experimentos médicos.
En el 2013, la segunda astronauta china en el espacio, Wang Yaping, dio un curso de física retransmitido en directo para cientos de millones de alumnos y telespectadores en la Tierra.
Tiangong-1 dejó de funcionar en marzo del 2016. El laboratorio era considerado como una etapa preliminar en la construcción de una estación espacial.
Otro hito importante tuvo lugar en el 2013: el alunizaje del pequeño robot teledirigido Conejo de Jade, encargado por ejemplo de tomar fotografías.
Primero tuvo problema técnicos, pero fue finalmente reactivado y exploró la superficie lunar durante 31 meses, mucho más tiempo que su vida útil esperada.
En el 2016, China lanzó su segundo módulo espacial Tiangong-2. Los astronautas realizaron, entre otras maniobras, acoplamientos técnicos.
El ‘sueño del espacio’
Con el lema del “sueño del espacio” del presidente Xi Jinping, el país apunta ahora a objetivos aún más grandiosos.
El ensamblado de su estación espacial se iniciaría este año y debería estar terminado en el 2022. China se convertiría en el tercer país en construir una por sus propios medios (luego de Estados Unidos y la URSS).
El gigante asiático planea también erigiir una base en la Luna. El jefe de la agencia espacial china (CNSA) declaró que la intención es enviar una misión tripulada hacia el único satélite natural de la Tierra hacia el 2029.
El programa espacial chino tuvo un fracaso en el verano del 2017 con al lanzamiento fallido de Larga Marcha 5, crucial porque permite propulsar los pesados cargamentos necesarios para algunas misiones.
Este contratiempo llevó a la postergación por tres años de la misión Chang'e 5, lanzada finalmente este martes.
China había dado un gran golpe en enero del 2019 con una primicia mundial: el alunizaje de un robot teledirigido (el Conejo de Jade 2) en la cara oculta de la Luna.
El país lanzó en junio del 2020 el último satélite que completa su sistema de navegación Beidou (competidor del GPS estadounidense). Al mes siguiente, envió una sonda a Marte. En mayo del año que viene debería posar un vehículo en suelo marciano.
Astronautas y científicos han hablado además del posible envío de chinos al Planeta Rojo en un futuro más lejano.