Washington. “Inadmisible” y “cruel” fueron los términos usados por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU para denunciar este lunes la política estadounidense de separar a los niños migrantes de sus padres en la frontera con México, una medida que genera gran polémica en Estados Unidos.
“Pensar que un Estado busca disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es inadmisible”, dijo Zeid Ra’ad Al Hussein en la apertura de una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Dando rienda suelta a su emoción, el responsable de la ONU reclamó al gobierno de Donald Trump “poner fin inmediatamente” a esta “práctica cruel”.
Por su parte, el jefe de la ONU, Antonio Guterres, en una rara crítica al gobierno estadounidense, se sumó al llamado de Al Hussein y dijo el lunes que los niños inmigrantes no deben separados de sus familias en la frontera entre Estados Unidos y México.
“Los niños no deben ser traumatizados siendo separados de sus padres. Debe preservarse la unidad familiar”, dijo el portavoz de Guterres, Stephane Dujarric.
Acuerdo bipartidista
La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, pidió el domingo una política que dé lugar al “corazón” y un rápido acuerdo bipartidista sobre las leyes migratorias en el Congreso, donde legisladores de la oposición demócrata han denunciado la práctica como “diabólica”.
En una inusual incursión en la escena política, la esposa de Trump dijo que “detesta ver a los niños separados de sus familias y espera que los dos lados del Congreso puedan por fin acordar una reforma migratoria exitosa”.
“Piensa que el país debe respetar la ley pero también debe gobernar con el corazón”, explicó a CNN la directora de comunicación de la primera dama, Stephanie Grisham.
El gobierno de Estados Unidos reveló el viernes que la nueva política de tolerancia cero en la frontera con México condujo desde mediados de abril a que 2.000 niños fueran separados de sus padres, arrestados por estar ilegalmente en Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos reveló el viernes que la nueva política de tolerancia cero en la frontera con México condujo desde mediados de abril a que 2.000 niños fueran separados de sus padres, arrestados por estar ilegalmente en Estados Unidos.
Enfrentado a la polémica, el presidente Trump acusó a los demócratas de ser responsables de esa situación, una acusación que ellos rechazaron en bloque, y reclamó una vasta reforma migratoria para poner fin al problema.
“Por una vez, los demócratas podrían aportan una solución a la separación forzada de las familias en la frontera trabajando con los republicanos para una nueva ley”, dijo el sábado en Twitter.
La Casa Blanca reivindica abiertamente esta política, sin negar su aspecto polémico.
“La gente no quiere ver a los bebés arrancados de las manos de sus madres”, dijo el domingo al canal NBC Kellyanne Conway, cercana asesora de Trump.
Los demócratas no han escondido su indignación, pero tampoco algunos republicanos.
'Humanidad cero'
“Ellos lo llaman ‘tolerancia cero’ pero un mejor nombre es humanidad cero, y también hay cero lógica en esta política”, dijo el senador Jeff Merkley (Oregon), quien lideró a un grupo de legisladores demócratas que visitaron estos días la frontera.
Tras ir a un supermercado transformado para la ocasión en centro de acogida para 1.500 niños de migrantes, Merkley afirmó que “herir a los niños para obtener beneficios legislativos es inaceptable. Es diabólico”.
El expresidente demócrata Bill Clinton también tuiteó sobre el tema, que tomó fuerza durante el fin de semana del día del padre en Estados Unidos: “Estos niños no deben ser un instrumento de negociación”.
La legisladora Sheila Jackson-Lee acusó en tanto a Trump de “no decir la verdad” cuando asegura que solo sigue las leyes vigentes. “No hay ninguna ley, no hay ninguna política que le permita apartar a los niños de sus familias”, dijo, denunciando “un abuso masivo de menores”.
La senadora republicana Susan Collins también tildó la medida de “traumatizante para los niños que son víctimas inocentes”. Además, “es contraria a nuestros valores como país”, dijo.
La exprimera dama Laura Bush criticó de forma igualmente abierta lo que se está haciendo. “Vivo en un estado fronterizo. Entiendo la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel. Es inmoral y rompe mi corazón”, aseguró en un editorial del Washington Post.
El número de las separaciones se ha acelerado desde comienzos de mayo, cuando el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció que todos los migrantes que crucen ilegalmente desde México serían arrestados, acompañados de menores o no. Como los niños no pueden ser enviados a los centros donde son detenidos los padres, son separados.
Daños irreparables
La Academia Estadounidense de Pediatría advirtió que las mismas causan “daños irreparables” a los niños. Ya el mes pasado, un solicitante de asilo hondureño se suicidó en un centro de detención tras ser separado de su esposa y su hijo de tres años por las autoridades estadounidenses, según un reporte del Washington Post.
Divididos, los republicanos parece que finalmente presentarán la próxima semana dos propuestas de ley: una para satisfacer al ala dura y otra que busca reconciliar a moderados y conservadores pero que incluye las demandas de Trump, especialmente la de disponer de 25.000 millones de dólares para construir un muro en la frontera mexicana.
Ese texto debería tener un apartado donde se deje claro que “los menores que acompañan a sus padres detenidos en la frontera no deben ser separados de éstos”, según una fuente republicana.