París. Entre las teorías conspirativas que proliferan con la pandemia de covid-19, el movimiento QAnon, nacido en los círculos a favor de Trump en Estados Unidos en el 2017, se abre camino a paso “lento pero seguro” en Europa, alimentándose de los temores que vieron la luz con la crisis sanitaria, afirman especialistas.
El fenómeno, bien conocido en Estados Unidos, sigue siendo marginal del otro lado del Atlántico, pero en los últimos meses ha adquirido una visibilidad exponencial.
Está presente en las redes sociales, que constituyen su principal lugar de incubación, pero también en las recientes manifestaciones contra las medidas sanitarias en Berlín, Londres y París, en las que se blandieron eslóganes QAnon.
"Las teorías de conspiración QAnon se están extendiendo en Europa", donde "la pandemia sirvió de catalizador", según un informe de julio de Newsguard, una organización que analiza los sitios web de noticias.
"El período de incertidumbre y el contexto ansiógeno son un terreno fértil", añadió una fuente del gobierno francés, refiriéndose a una deriva "al mismo tiempo sectaria e ideológica".
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La teoría QAnon -su nombre viene de Q, un misterioso funcionario que trataría de frustrar el complot- afirma que Estados Unidos está dirigido por fuerzas ocultas, involucradas en redes internacionales de pedofilia y que buscan establecer un "nuevo orden mundial". Sólo el presidente Donald Trump, que nunca ha renegado abiertamente a los QAnon, podría hacerlos caer.
"Muy centrada en Estados Unidos al principio, esta teoría, cuya narración se basa en las élites y redes de pedófilos, se adapta muy fácilmente a los problemas locales", explica Chine Labbé, jefa de redacción de Newsguard.
Los sitios QAnon en Europa aparecieron a finales del 2019 y principios del 2020, pero su popularidad “estalló” con la pandemia de covid-19 y el confinamiento, señala.
Newsguard, que estudió los sitios, páginas y cuentas de QAnon en Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, contabilizaba unos 450.000 seguidores o miembros a finales de julio.
"Pero la consulta de este tipo de contenido sigue aumentando exponencialmente", dice Labbé.
‘Esponja para las teorías de conspiración’
Primero apareció en sitios confidenciales, pero ahora, la teoría QAnon se está extendiendo a sitios populares de noticias falsas en Europa. Se adapta a los contextos políticos locales. En Alemania o Francia, por ejemplo, Angela Merkel y Emmanuel Macron son presentados como peones del “Estado profundo”.
Esta facilidad de adaptación le permite aumentar su visibilidad. "QAnon es una esponja para las teorías de conspiración. Todo, desde las mitologías antisemitas hasta el 5G o la mascarilla, pasando por la ciencia ficción... el arco de absorción es fenomenal", "y las diferentes teorías se alimentan unas a otras", dice Tristan Mendes France, que enseña culturas digitales en la Universidad de París.
Sin embargo, su “punto fuerte” es que “se basa en la pedocriminalidad. Si cuestionas su lucha, apoyas la pedofilia”, añade.
Algunas personalidades europeas han popularizado las tesis de QAnon, como el cantante alemán Xavier Naidoo. En Reino Unido, el cantante Robbie Williams difundió en junio la teoría del “Pizzagate” -precursora en el 2016 del movimiento QAnon- según la cual una pizzería en Washington sirvió de escondite para una élite demócrata pedófila.
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‘Señales leves pero preocupantes’
A los investigadores les preocupa también los vínculos entre la teoría QAnon y la extrema derecha. Esto es particularmente cierto en Alemania, donde la teoría ha sido emulada por extremistas opuestos a la acogida de refugiados y partidarios de la teoría del “Gran Reemplazo”, dice el investigador Miro Dittrich. “El vínculo entre la escena conspiracionista y la escena de la extrema derecha es lamentablemente lógico, porque comparten muchas teorías”, señala.
En Francia, la teoría QAnon se ha exportado en particular a través del canal de un conspirador de Quebec marcado a la extrema derecha, Alexis Cossette, señala Tristan Mendes France.
Considerado en Estados Unidos por el FBI como una posible amenaza terrorista, el movimiento en Europa es "un fenómeno que debemos vigilar", según el investigador, que está preocupado por la "exaltación y el radicalismo" de algunas personas.
"Hay señales leves pero preocupantes", dice Andrea Palladino, periodista del semanario italiano l'Espresso, que examina las cuentas relacionadas con QAnon en Italia y cita algunos mensajes "particularmente preocupantes" sobre la necesidad de armarse.
Sin embargo, según Chine Labbé, “se puede encontrar de todo en los seguidores de QAnon, y también hay personas que transmiten las teorías sin pensar mal, que se hacen a veces preguntas legítimas sobre la pandemia”.
“Hay quienes se dejan llevar por el delirio, quienes se suben a la ola, y sin duda quienes tienen una agenda política, aunque sea muy difícil de determinar. Puede o no puede desaparecer. Lo que sería dramático es que los partidos políticos traten de utilizar este tipo de movimiento”, concluye la fuente del gobierno francés.