Berlín. La canciller de Alemania, Angela Merkel, advirtió este viernes que su gobierno está dispuesto a imponer nuevas restricciones si los brotes de coronavirus que están surgiendo en todo el país no son atajados en 10 días.
"Es notorio que las grandes ciudades, las áreas urbanas, son ahora lugares donde debemos demostrar si somos capaces de mantener la pandemia bajo control en Alemania, como hemos hecho durante meses, o si perdemos el control", afirmó Merkel, tras una conferencia con alcaldes.
Merkel recordó la importancia de usar la mascarilla, respetar el distanciamiento social y "ventilar las habitaciones".
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La dirigente alemana se entrevistó este viernes con los alcaldes de las 11 más grandes ciudades del país, en un contexto de fuerte alza de las infecciones, con más de 4.000 nuevos casos oficialmente registrados cada día, cifra récord desde el inicio de la pandemia en el país.
"Sabemos gracias a las medidas ya tomadas, o a lo que hizo la ciudad de Múnich, que se requieren unos diez días para ver si baja la incidencia", agregó.
Si el aumento no cesa en diez días y el seguimiento de las personas infectadas se vuelve imposible, "otras medidas de restricción específicas serán inevitables", advirtió la dirigente alemana.
"Nuestro objetivo debe ser mantener las infecciones concentradas en zonas, donde cada contagio pueda ser seguido, la gente sea advertida y se pueda romper de nuevo las cadenas de contagio", añadió la canciller.
"Las cosas pasaron bien este verano, pero ahora vemos otro cuadro preocupante", dijo. Insistió en la necesidad de "aplicar y garantizar el respeto" de las medidas ya tomadas, como la limitación de las reuniones privadas.
La canciller reiteró la necesidad de mantener la libre circulación en Europa, a diferencia de la primavera pasada, cuando se aplicó el cierre generalizado de las fronteras.
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Frente a la evolución preocupante de las contaminaciones, varias grandes ciudades alemanas, como Berlín y el centro financiero Fráncfort, impusieron límites al sector de la gastronomía y restricciones a los contactos sociales.
En la capital alemana a partir del sábado y al menos hasta el 31 de octubre, la mayoría de las tiendas, así como todos los restaurantes y bares, tendrán que cerrar desde las 11 de la noche a las 6 de la mañana.
A diferencia de varios países vecinos europeos, Alemania no ha aplicado hasta ahora el confinamiento estricto, inclusive en lo más alto de la pandemia.