Berlín y París. Ángela Merkel anunció el miércoles medidas drásticas para contener la segunda ola del coronavirus en Alemania, como el cierre por un mes de restaurantes y sitios de ocio, mientras en la vecina Francia el gobierno dispuso un nuevo confinamiento ante el repunte de contagios de covid-19.
Estas medidas “duras y difíciles” buscan “frenar el ritmo muy elevado de propagación del virus”, declaró la canciller alemana en conferencia de prensa. “Debemos actuar y es ahora” para evitar encontrarnos “en un estado de urgencia sanitaria”, añadió.
Por su lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la cuarentena a partir del viernes y hasta al menos el 1.° de diciembre.
Los bares, restaurantes y negocios no esenciales cerrarán, pero a diferencia del confinamiento de dos meses impuesto entre marzo y mayo, las escuelas permanecerán abiertas, indicó Macron en un discurso retransmitido por televisión.
La covid-19 ha causado casi 1,2 millones de muertes de más de 44 millones de casos registrados en todo el planeta. Solo en la jornada del martes se documentaron más de 516.000 nuevas infecciones y 7.723 fallecidos, según un balance realizado por la AFP el miércoles.
En Alemania, Merkel informó de que las nuevas reglas se aplican en todo el país luego de un acuerdo logrado en una reunión de crisis con los jefes de Gobierno de los 16 estados competentes en materia sanitaria.
Los jefes regionales se volverán a reunir en dos semanas para examinar su eficacia y si es necesario ajustarlas.
En detalle se anunció el cierre a partir del lunes de restaurantes, instituciones culturales y el sector de ocio, como los cines, salas de concierto y teatros, o las piscinas.
Las restricciones, comunicadas el miércoles, durarán hasta final de mes. Las reuniones solo podrán ser de un máximo de 10 personas de dos hogares distintos.
Las escuelas y comercios podrán permanecer abiertos, puntualizó Merkel, tras la reunión.
Todas las competiciones deportivas profesionales se celebrarán a puerta cerrada, mientras que las de aficionados quedan prohibidas.
Los ciudadanos fueron invitados a evitar todos los desplazamientos inútiles, y las estadías en alojamiento reservadas a “fines no turísticos”.
Salvar la Navidad
Para los dirigentes alemanes, se trata de salvar el periodo de las fiestas de fin de año.
El objetivo es “interrumpir rápidamente la dinámica de contagios para que no sea necesaria ninguna restricción a gran escala en los contactos personales y la actividad económica durante las vacaciones de Navidad”, precisó el proyecto de acuerdo.
“La esperanza es tener la situación controlada antes de Navidad” y evitar un reconfinamiento total de varias semanas, enfatizó una fuente cercana al gobierno en Berlín.
La mayoría de los mercados de Navidad, tan apreciados en Alemania, ya fueron anulados por la pandemia.
Incluso si el país atraviesa esta situación mejor que otros países europeos como Francia o España, como fue el caso durante la primera ola entre marzo y junio, el mapa de Alemania va poco a poco tiñéndose de rojo.
Los nuevos contagios de covid-19 subieron a los 10.000 casos diarios, y el miércoles se alcanzó un récord de 14.964 en 24 horas, según el instituto de control epidemiológico Robert Koch.
“Tendremos probablemente unos 20.000 nuevos contagios a partir del fin de semana”, advirtió el ministro de Economía, Peter Altmaier.
“La situación es muy grave. Las medidas aplicadas no bastan para frenar la tendencia”, constató antes de la reunión Armin Laschet, jefe de Gobierno del estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia.
Para el dirigente de Baviera (sureste), el popular conservador Markus Söder, las medidas representan “una terapia de cuatro semanas”.
Confinados otra vez
En Francia, donde 46 millones de personas ya estaban bajo toque de queda nocturno, el presidente comunicó a sus conciudadanos que a partir del viernes hay que volver a encerrarse en casa para luchar contra un virus que circula “a una velocidad que ni siquiera las previsiones más pesimistas habían estimado”.
El confinamiento es, sin embargo, menos estricto que el de hace seis meses: las escuelas, universidades, servicios públicos, fábricas y explotaciones agrícolas podrán seguir operando, para limitar el impacto económico.
Francia registró el martes 527 muertos por la covid-19 (cerca de 36.000 muertos desde que se inició la pandemia), y más de la mitad de las camas de reanimación ya están ocupadas por enfermos del virus, reconoció Macron, cifras que recuerdan el peor momento de la pasada primavera boreal.
El jefe de Estado llegó a asegurar que sin medidas drásticas, el país podría sufrir hasta 400.000 muertes adicionales en pocos meses.
Resistencia a medidas
Pero las nuevas medidas son ya insoportables para muchos. En Italia, miles de personas salieron a la calle el lunes por la noche, con violentos incidentes en Milán y Turín.
El gobierno italiano impuso un toque de queda en varias zonas importantes, con cierre de bares y restaurantes a las 6 p. m. y el cierre total de gimnasios, cines y salas de conciertos.
En España, exhaustos tras haber luchado contra el coronavirus durante más de seis meses, la gran mayoría de los médicos de servicio público iniciaron el martes una huelga nacional, la primera en 25 años, para reclamar más reconocimiento.
El Ayuntamiento de Madrid anunció que utilizará drones para evitar multitudes en los cementerios el 1.° de noviembre.
El papa Francisco anunció que celebrará la misa por difuntos sin fieles, a causa de la “señora covid”.
En su esfuerzo por mejorar su respuesta ante la segunda oleada, la Unión Europea anunció que destinará 100 millones de euros (unos $117 millones) para la compra de exámenes rápidos de covid-19.